Breve guía para elegir (y decorar) tu árbol de Navidad
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Hoy, no hay Navidad que prescinda de ellos; los árboles de Navidad. Sus siluetas se erigen en plazas públicas, escuelas, grandes y pequeños negocios y, por supuesto, son el principal elemento de decoración navideña que se dispone con mimo, cada año, en millones de hogares alrededor del mundo.
Esta tradición ancestral de raíces paganas se remonta a siglos antes del nacimiento de Cristo, y su origen tiene que ver con el deseo compartido de las comunidades de que, al término del invierno, los árboles y la tierra volviera a ser fértil y generosos en su producción de frutos y alimento. Con este fin se adornaban los árboles, e incluso las ramas decoraban las casas. Romanos y celtas extendieron estas tradiciones, a las que se le dio carta de oficialidad por primera vez en los países bálticos durante la Edad Media, ocupando lugares públicos vistosos. Desde entonces, los árboles de Navidad han sido sinónimo de invierno y de fiestas. La alegría de esta estación. Y decorarlos motiva la ilusión de grandes y pequeños.
Pueden surgir dudas sobre cuándo es el momento más oportuno para colocar el árbol de Navidad en casa. Los tiempos siempre están marcados por un factor personal (tal vez, esperes la llegada de alguien para montarlo juntos) pero lo habitual es hacerlo a comienzos del mes de diciembre, para que así aderece la decoración de la casa, adelantándose en espíritu a las festividades.
La convención dicta que el árbol de Navidad se emplaza en el salón, pero por supuesto esto es una decisión sujeta a las circunstancias. Hay quien prefiere colocarlo en la entrada, por ejemplo. Pero lo que sí es recomendable es ubicarlo en un lugar bien visible de la casa, donde avive el día a día.
Escoger el tipo de árbol de Navidad perfecto para ti
Hay una norma no escrita o convención que puede ayudarte como un útil consejo a la hora de decantarte por un árbol de Navidad con el que avivar ese espacio común de tu casa que es el corazón de las celebraciones. Esta aconseja elegir un árbol de 1,80 metros de altura. Aunque, evidentemente, ni todos los espacios son iguales, ni tampoco lo son las familias y sus gustos. Quienes dispongan de más amplitud y techos altos tal vez quieran atreverse con otro tipo de modelo (los hay que llegan a los 3 metros de altura). En espacios reducidos, sin embargo, triunfan modelos más pequeños, árboles de copa estrecha (que también existen), o incluso árboles de mesa.
Esta variedad se traslada también en las texturas, materiales y colores en los que los árboles están disponibles. Desde el clásico árbol verde que preside el salón en todas las postales navideñas, o modelos con efecto nevado, u otros que incorporan luz. Para quienes buscan algo diferente, que no se pueda encontrar en las casas de los demás, hay diseños más contemporáneos. Siluetas esquemáticas con ramas en las que brillan luces LED, modernas y minimalistas, para avivar un espacio y dar un toque navideño alejándose de los clichés. También existe la opción, muy de tendencia, de optar por un árbol de papel. A distintas alturas, despliega su efecto papirofléxico en un árbol de Navidad diferente a cualquier otro u muy especial. Por supuesto, también existen opciones llenas de color para los más atrevidos, como un árbol dorado, que es una declaración de intenciones en sí misma, y que reclama sin ambajes todo el protagonismo de la estancia.
Adornar el árbol
La única máxima que debería prevalecer en el proceso de decorar el árbol de Navidad es la de pasárselo bien. Tal vez incluso disfrutes creando tus propios colgantes con materiales de caseros reciclados o de papelería. Si además quieres obtener un resultado estético, bonito y exigente, deberás plantearte algunas cosas. Por ejemplo, una labor curacional en los adornos; seleccionando solo aquellos que queden engamados en colores y texturas, para que el efecto sea armonioso, y también para que se coordine con el resto de decoraciones navideñas de la casa, y la paleta de colores que destaca en la estancia. Eso por un lado. La segunda gran consideración sería la de evitar sobrecargar el árbol. Ya sabes: menos es más. El efecto será más potente con los adornos adecuados, aunque sean pocos, que con una variedad generosa y abrumadora de estímulos.
Si piensas que estas normas limitan el resultado, te equivocas. Son múltiples las opciones y los elementos disponibles para decorar el árbol. A continuación, un repaso por todos ellos.
Topes para el árbol
La estrella que guió en su larga travesía a sus Majestades los Reyes de Oriente corona el árbol de Navidad. No pueden faltar las opciones doradas o con brillo, pero también existen muchas otras que van desde las fibras naturales para hogares con decoración de estilo mediterráneo, terciopelo o incluso un divertido toque multicolor en forma de pailettes.
Bases para el árbol
Cuida los detalles. Oculta las patas del árbol de Navidad con bases que hagan juego con la decoración de tu hogar. Desde sencillas opciones textiles a otras de bambú o de ratán, pasando por el clásico efecto dorado.
Colgantes y bolas
Son las estrellas de la decoración del árbol y, ahora más que nunca, se reimaginan en una variedad casi infinita de opciones, cada cual más creativa. Desde un pequeño marco de fotos a bolas de algodón reciclado, pasando por coloridas ociones de papel con borla que son pura tendencia. También toda una variedad especialmente destinada para los foodies que no puedes dejar de explorar. Compón tu propia colección y atesórala con especial cuidado.
Espumillones, cintas y guirnaldas
Puede que no hayas pensado inmediatamente en ellos, pero los espumillones, las cintas y las guirnaldas son imprescindibles en la decoración del árbol de Navidad. Para empezar, tienen la importante función de rellenar espacios más desangelados, ya que sólo con las bolas y colgantes podría verse algo vacío. Pero también contribuyen a esa coherencia cromática tan perseguida. Y si eliges una guirnalda con luces LED, sumas ese factor de brillo tan especial para las noches de Navidad.
Una actividad navideña que adoran los más pequeños
El gesto de decorar el árbol de Navidad cada año es esperado con ilusión por los niños de la casa. Es un día emocionante, que inaugura una cuenta atrás que les hace especialmente felices. Los gestos y tradiciones que se fraguan Navidad tras Navidad con familia y amigos luego imprime una huella valiosa en la memoria. Cómo celebramos la Navidad constituye ese legado y ese bagaje que alimenta el adulto que somos, y el que ellos serán también. Déjales disfrutar de este día, no dudes en sumarte y participar con ellos, alienta su creatividad e imaginación. No te arrepentirás.
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