Nueve errores frecuentes al utilizar el lavavajillas que seguramente te estén dando más trabajo
El lavavajillas, como todos los electrodomésticos, nació para hacernos la vida un poco más fácil. Gracias a los últimos avances apenas tenemos que preocuparnos de tareas tan tediosas como fregar los platos, pero solo le sacaremos el máximo partido a nuestro lavavajillas si sabemos usarlo bien.
Sin darnos cuenta todos repetimos ciertos malos hábitos que al final nos dan más trabajo, y no aprovechamos todas las posibilidades que nos ofrecen los modelos de última generación. Estos son los errores más frecuentes al utilizar el lavavajillas que a la larga te pueden salir muy caros.
1. Mala colocación de la vajilla
Es el primer paso, el más básico, y en el que es más fácil meter la pata. Con las prisas o el simple despiste solemos llenar el lavavajillas de cualquier manera, sin fijarnos mucho en cuál es la colocación correcta. No se trata solo de forzar las piezas para que quepan, las cestas ofrecen una colocación óptima para aprovechar toda su capacidad.
Si se coloca mal, la vajilla no quedará tan limpia y puede estropearse, o incluso podríamos dañar el aparato. Los platos deben situarse con la parte superior de uno frente a la parte inferior del siguiente, y los vasos, tazas, ollas, y cuencos siempre boca abajo. Lo mejor es separar las piezas más pequeñas de las grandes, que se colocan en la parte inferior.
Los nuevos lavavajillas Samsung WaterWall™ apuestan por cestos adaptables y versátiles que facilitan la distribución de cualquier vajilla, cuentan con cestos con varillas abatibles, un soporte especial para cristalería y copas, y una bandeja extraíble para la cubertería. Colocando cada cosa en su sitio, la carga y descarga es mucho más rápida y los resultados, perfectos.
2. Carga excesiva
Hay días que se nos acumulan muchos platos sucios, sobre todo después de una cena con invitados o si hemos preparado un menú especial. También suele pasar cuando vamos con prisa y no nos da tiempo a nada, y terminamos con una montaña de vajilla por lavar, sin platos limpios en el armario.
Entonces nos tienta cargar hasta el límite los cestos del lavavajillas, pero es una práctica contraproducente que al final puede darnos un disgusto. Si lo cargamos demasiado, no solo no limpiará bien, podría estropearse. Las piezas se solapan y podrían interferir en el mecanismo, dificultando el funcionamiento de los aspersores o del dispensador de detergente.
Sobrecargar el lavavajillas puede causar averías o dañar la vajilla. Si necesitas lavar gran cantidad de piezas, lo mejor es apostar por un lavavajillas de gran capacidad y rendimiento, como el Samsung WaterWall™ que admite hasta 14 servicios en un solo ciclo.
3. Prelavar o enjuagar los platos
Muchos hemos crecido en hogares sin lavavajillas en los que siempre había que limpiar y enjuagar los platos antes de dejarlos en el fregadero. Esta costumbre la hemos heredado hasta hoy y no es raro caer en el error de prelavar las piezas sucias antes de colocarlas en los cestos.
Hacerlo solo nos hará gastar tiempo y agua, es un trabajo perdido del que nos tenemos que olvidar. La eficacia de los lavavajillas de última generación no necesitan que enjuaguemos los platos, es suficiente con retirar los restos de comida. La tecnología de Samsung WaterWall™ consigue un lavado mucho más potente gracias a una cortina móvil de agua a alta presión que logra el aspa situado en la parte inferior y que llega de esquina a esquina. Así llega de una pasada a todos los rincones, acabando con la suciedad más incrustada.
4. No usar los productos adecuados
Para limpiar la casa puedes usar un limpiador multiuso, pero el lavavajillas necesita productos específicos. No sirve cualquier jabón ni cualquier detergente, solo debemos utilizar los específicos y recomendados para este electrodoméstico.
Los modelos de hoy permiten elegir entre programas que se ajustan al nivel de suciedad o la carga, y la cantidad de detergente deberá ir acorde con ellos. Hay que leer bien las instrucciones del fabricante e introducir la dosis adecuada. Echar detergente de más no hará que la vajilla salga más limpia, y podría dañar el mecanismo.
Además hay que fijarse bien en colocar el detergente, abrillantador y sal cada uno en su compartimento señalado, cerrándolos bien. Tampoco hay que caer en el error de usar cualquier tipo de sal, solo sirve la sal específica para lavavajillas.
5. Introducir materiales inadecuados
Si se ha colocado bien la vajilla, los modelos actuales son muy seguros y no dañan ningún material, ni siquiera las piezas más delicadas. Pero hay objetos de uso alimentario elaborados con materiales que los propios fabricantes no recomiendan lavar en lavavajillas.
Por eso siempre hay que leer las instrucciones, etiquetas o marcas de todas las piezas si tenemos dudas sobre su manipulación. Hay plásticos que no se pueden lavar a máquina porque acabarían totalmente deformados, y ciertas piezas de artesanía más delicadas podrían sufrir leves daños.
6. Separar la vajilla muy sucia
Las típicas fuentes o cazuelas con restos de suciedad muy incrustada parecen imposibles de lavar y es fácil creer que necesitan una limpieza especial. Por eso hay quien separa los platos, vasos y cubiertos menos sucios de la vajilla más problemática, duplicando el trabajo y el gasto.
Innovaciones tecnológicas como las que incorpora Samsung WaterWall™ permiten lavar al mismo tiempo piezas muy sucias y vajillas más delicadas. La Zona Booster exclusiva de este modelo aprovecha el gran área de lavado para establecer dos zonas separadas, con más aspersores que dirigen un potente chorro de agua a la parte izquierda donde se colocan los elementos más sucios.
7. Secar a mano
Perder el tiempo secando la vajilla a mano con un paño una vez ha terminado el ciclo de lavado es algo totalmente innecesario con la tecnología de hoy en día. Los lavavajillas incluyen el secado dentro de sus programas automáticos para que podamos guardar directamente las piezas al descargarlas.
En ocasiones quedan ligeros restos de agua acumulada en partes cóncavas de copas o cuencos, por eso hay que empezar descargando la cesta inferior, para que no caigan gotas sobre ella. Además, para hacer más eficiente el secado, hoy existen funciones especiales como la puerta Auto Open de Samsung WaterWall™, que se abre automáticamente para dejar salir el exceso de vapor tras el lavado.
8. Usar mal los programas
Los primeros lavavajillas solo se limitaban a lavar, y ya era mucho para su época. Pero con el avance de la tecnología cada vez se apuesta por ofrecer más programas específicos que se adapten a las necesidades de cada familia y cada momento del día, ofreciendo un uso mucho más práctico.
No aprovechar las funcionalidades de cada programa es desperdiciar el potencial de la máquina, y podríamos estar malgastando agua y energía. Por ejemplo, podemos activar la función de media carga para reducir la duración y el consumo, o una alta temperatura para la suciedad más difícil.
Elegir el programa más adecuado garantiza una limpieza perfecta y eficiente, pero no siempre hay que seleccionar el más potente porque queremos los mejores resultados. El Programa Rápido 55 minutos de Samsung WaterWall™ es capaz de dejar la vajilla de uso diario totalmente limpia y seca en menos de una hora, sin necesidad de invertir más energía en programas largos.
9. No aprovechar toda la capacidad de los cestos
Otra idea muy extendida es que en el lavavajillas solo caben las piezas de servicio de mesa, dejando fuera ollas, cazuelas o fuentes grandes. Pero es un error no aprovechar la gran capacidad de los modelos actuales, que potencian al máximo el espacio de los cestos para poder lavarlo todo.
Pero tampoco hay que poner las ollas de cualquier manera; las piezas de cocina más grandes deben ir en el cesto inferior, y boca abajo. Precisamente para dar cabida a las piezas actuales más grandes, el lavavajillas Samsung WaterWall™ presenta un cesto superior de altura regulable, así se puede ajustar el espacio inferior cuando se necesita una altura extra.
Invertir en un buen lavavajillas nos ahorrará mucho tiempo, esfuerzo y energía en la cocina diaria, siempre y cuando lo usemos bien. Repasa bien esta lista de errores frecuentes para no volver a cometerlos nunca más, y así podrás aprovechar al máximo todo el potencial de tu lavavajillas.

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