Ya no hay ni pucheros ni brasas ni trébedes en las cocinas españolas, pero las ollas de cocción lenta han sabido recoger el testigo a la hora de preparar los guisos de siempre.

En colaboración con Crock-Pot

Los seguidores de ‘Friends’ saben muy bien que nunca está de más llevar un tenedor encima por si aparece un plato de comida en el lugar más inesperado. Si Joey Tribbiani fuese el personaje de una serie española y, en vez de en Nueva York, viviese en Oviedo o en Ávila, seguro que tampoco se olvidaría de coger una cuchara. Y más ahora, en los meses de otoño e invierno, en los que las ensaladas ceden su sitio en la mesa a platos más adecuados a estas estaciones. Llega el tiempo de mirar el recetario y preparar una fabada, unas lentejas o alguna de las verduras de esta temporada.

Para este tipo de guisos no hay mejor aliado que una Crock-Pot, una olla eléctrica que cocina mientras teletrabajamos o estamos fuera de casa. Lo único que hay que hacer es dejarla programada para que la comida esté lista cuando queramos comer.

Aunque la cocina desatendida es una de las razones que esgrimen sus usuarios para recomendarla, no es la única. La olla de cocción lenta es sinónimo de cocina deliciosa y saludable, respetuosa con los alimentos. Al prepararlos a baja temperatura, conseguiremos platos exquisitos, con texturas inigualables, gracias a las cocciones largas. Y, además, ahorrando energía, puesto que consume menos potencia que la “vitro” o el horno.

En su afán de ponernoslo incluso un poquito más fácil, el último modelo de Crock-Pot presentado, el CSC066X, añade una funcionalidad única: en vez de programar las horas y la potencia que deseemos, podemos elegir qué tipo de alimento vamos a cocinar, la cantidad y en cuánto tiempo queremos que esté listo.

Así, este nuevo modelo, primero, subirá la temperatura para eliminar cualquier bacteria que puedan tener los ingredientes crudos y, después, calculará tiempo y potencia para preparar la receta de la manera óptima y que esté lista a la hora que hemos indicado.

Más fácil, imposible, así que, nada más desembalarlo, nos podremos poner manos a la obra y elaborar cualquiera de estas seis recetas que aprovechan todo el sabor de los ingredientes del otoño.

1. Lentejas guisadas con verduras

Aunque en esta ocasión nos vamos a olvidar del chorizo, la morcilla o la panceta, la receta no variará mucho si decidimos sustituir las verduras por el compango. Lo único es que hay que ser previsores y dejar las lentejas en remojo durante algunas horas. Conseguiremos que estén más tiernas y resulten menos flatulentas.

Ingredientes para 4 personas. 400 g de lentejas pardinas, 1 cebolla pequeña, 2 dientes de ajo, 1 puerro, 4 zanahorias, 1 patata, 1 tomate, ½ pimiento rojo, ½ pimiento verde, 1 hoja de laurel, sal, 1 cucharadita de pimentón dulce y caldo de verduras.
Elaboración. Limpiamos todas las verduras en trozos no muy pequeños. Las ponemos en la Crock-Pot junto a las lentejas, la sal, el laurel y el pimentón. Cubrimos con el caldo de verduras mezclado con agua hasta que rebase un par de centímetros la preparación.

Según nuestras necesidades, programamos 7 horas en baja temperatura o 4 en alta. Cuando finalice la cocción, cojemos parte de las verduras (nunca el laurel) y las trituramos con la batidora. Las devolvemos junto a las lentejas y las movemos hasta que liguen.

2. Judías blancas con chorizo

Tras las lentejas viudas, llega el momento de resarcirse. En este reconfortante plato no faltarán ni el chorizo ni un poco de panceta. Algunos los desmenuzarán entre las judías, mientras que otros no verán el momento de hacerse una “pringá” y disfrutar de la carne por un lado y de las legumbres por otro.

Ingredientes para 4 personas. 400 g de alubias blancas, 1 cebolla pequeña, 2 cucharadas de tomate triturado, 1 chorizo, 1 trozo de panceta fresca, 1 cucharadita de pimentón, una hora de laurel, sal y agua.
Elaboración. Dejamos las judías en remojo toda la noche. Escurrimos, cocemos en un cazo con el agua hasta donde las cubra y apagamos cuando rompa a hervir (recomendable para que suelten toxinas). Las ponemos en un colador y aclaramos bajo el grifo. A continuación, llega el momento de llevarlo todo a la Crock-Pot: las alubias, el chorizo, la panceta, la cebolla troceada, el laurel, el tomate, el pimentón y la sal. Cubrimos con agua un centímetro por encima de todos los ingredientes y ajustamos la programación 7 horas a baja temperatura.

3. Pastel de pastor o shepherd´s pie

Aquellos lectores que crecieron con ‘Los Cinco’ seguro que se acuerdan de los pasteles de carne que comían con frecuencia sus protagonistas. El más clásico de la gastronomía anglosajona es el shepherd´s pie. Mientras que en muchos hogares españoles el domingo era el día de la paella, para los británicos era el del pastel del pastor.

Ingredientes para 8 personas. 1-1,5 kg de pierna de cordero deshuesada, 1 cucharadas de aceite, 1 cebolla grande, 2 dientes de ajo, 300 g de zanahorias, 2 puerros, 70 g de tomate concentrado, 200 ml de vino tinto, 400 g de tomates picados, 200 ml de caldo de carne, 2 ramitas de romero, 2 cucharadas de harina de maíz mezclada en agua, una bolsa de puré de patata y 75 g queso cheddar rallado.
Elaboración. Doramos el cordero en una sartén con aceite por todos los lados. Reservamos. En el mismo aceite y después de troceados, salteamos 10 minutos la cebolla, el ajo, las zanahorias y los puerros. Lo echamos en la Crock-Pot y añadimos el tomate concentrado, el vino, los tomates picados, el caldo y el romero. Removemos bien y colocamos el cordero. Programamos la configuración Carne y Olla llena. Cuando queden 10 minutos para que termine, vamos preparando el puré de patata según las instrucciones del paquete.

Sacamos el cordero y encendemos el horno para que vaya calentándose a 200º. Con dos tenedores, separamos el cordero en trozos del tamaño de un bocado. Por su parte, retiramos el romero de la olla y añadimos la harina de maíz para que espese la salsa. En una fuente de horno, emplazamos la carne junto a las verduras y lo cubrimos con el puré de patatas y el queso espolvoreado. Horneamos durante 20 minutos hasta que esté dorado y crujiente.

4. Gajos de boniato

Aunque ya no es complicado encontrar cualquier verdura o fruta durante todo el año, es recomendable comprarlas cuando llegue la temporada. Si no es suficiente razón saber que estarán en su momento de maduración y sabrán mejor que nunca, quizás habrá que apelar al bolsillo, puesto que resultarán, sin duda, más económicas.

El boniato o batata es una de esas hortalizas que ganan protagonismo en los lineales estos días y que merece la pena incorporar a nuestra dieta, puesto que es fuente de fibra, vitaminas (C y A, sobre todo) y minerales (potasio, magnesio y calcio). Con un índice glucémico menor que el de la patata, podemos sustituir a este tubérculo por el boniato en una de las recetas estrella de la Crock-Pot: los gajos de patata. Si tenemos filetes o pescado y no sabemos con qué acompañarlos, aquí encontraremos una guarnición sencilla y con un toque dulce.

Ingredientes para 4 personas. 2 boniatos medianos, sal, tres cucharadas de aceite, ajo en polvo y especias (tomillo, curry, romero, curry, orégano…).
Elaboración. Lavamos muy bien los boniatos para poder cocinarlos con piel (también se pueden pelar). Los secamos, cortamos en gajos y echamos sal. En un tazón mezclamos todas las especies que queramos añadir y, con la ayuda de un pincel de cocina, los pintamos. Cubrimos el recipiente de la Crock-Pot con papel de horno y ponemos encima los boniatos. Antes de colocar la tapa, cubrimos el dispositivo un paño de cocina para que absorba la humedad. Programamos la olla 3 horas a temperatura alta y, cuando termine, servimos como guarnición o como aperitivo dentro de un menú.

5. Alcachofas con jamón

La alcachofa es de esos alimentos que lo tienen todo: bajo en calorías, alto en fibra, evita la retención de líquidos, favorece la quema de grasa... Con tales propiedades, no es de extrañar que tenga hasta una dieta propia. En esta ocasión, nos decantamos por la clásica receta de alcachofas con jamón, pero cocinadas en la Crock-Pot.

Ingredientes para 2 personas. 4 alcachofas, taquitos de jamón, limón, vino blanco, ajo, aceite, agua y sal.
Elaboración. Cortamos los tallos y lavamos las alcachofas. Cortamos la parte superior para que podamos ver su corazón. Frotamos la mitad de un limón por esa zona abriendo las hojas. Ponemos las alcachofas en la Crock-Pot, echamos por encima de cada una el zumo del limón, un poco de aceite, sal, ajo muy menudito y los tacos de jamón. Cubrimos el fondo con un vaso de vino blanco y echamos agua hasta que un cuarto de las alcachofas quede tapado. Programamos cuatro horas a alta temperatura.

6. Brownie de chocolate

Aunque asociemos la olla de cocción lenta con guisos, no hay que llevarse a engaño: la Crock-Pot nos ayudará a preparar cualquier tipo de plato. En cuestión de postres, los más tradicionales son el arroz con leche, las manzanas asadas o las natillas, pero también podemos ponerla a prueba con otros muchos, como este brownie capaz de conquistar a cualquiera.

Ingredientes. 2 huevos, 175 g azúcar, 10 nueces en trozos, 30 g de harina, 120 g mantequilla sin sal, 70 g cacao en polvo sin azúcar, una cucharilla de esencia de vainilla y una pizca de sal.
Elaboración. Mezclamos el azúcar, la harina y el cacao. Añadimos los huevos batidos, la mantequilla, la esencia de vainilla y la sal. Mezclamos bien todo e incorporamos las nueces. Antes de verterlo a la Crock-Pot, forramos el fondo con papel de horno. Ponemos un trapo tapando la olla y luego la tapa. Programamos 1 hora y media a alta temperatura. Comprobamos que está crujiente por fuera y blando por dentro, lo sacamos y cortamos en trozos para servir con helado o un poco de sirope.

Como veis, cocinar con una olla lenta como el nuevo modelo que ha presentado Crock-Pot es sumamente fácil, además de brindar unos platos con todo el sabor de la cocina tradicional. Nosotros os hemos hecho seis propuestas culinarias, pero es vuestra labor sacar el partido de este electrodoméstico según vuestros propios gustos gastronómicos.