La tecnología 5G llega en 2019: ¿que dispositivos veremos (hiper) conectados?

El año 2019 será (previsiblemente) el del despegue de 5G. Tras años de espera, la siguiente generación de comunicaciones inalámbricas parece que llegará a los primeros clientes de forma comercial en los próximos meses. En el caso de España habrá que esperar a 2020 para que el despliegue comercial tenga lugar, pero los próximos doce meses verán cómo las ciudades más importantes de nuestra geografía empiezan a desplegar proyectos piloto.
5G, lejos de ser una tecnología resultado de una evolución de 4G, es también una disrupción en comunicaciones inalámbricas que va más allá de usos en dispositivos móviles. 2G, 3G o incluso 4G estaban diseñadas para ofrecer conectividad a dispositivos móviles y en cantidades limitadas a nivel numérico. Eso sí, no eran tecnologías especialmente eficiente, debido a las limitaciones de las tecnologías inalámbricas.
Con 5G, la tecnología de comunicaciones móviles permite transportar muchos más datos, a más velocidad y a un número de dispositivos mucho mayor que con 4G. Todos estamos acostumbrados en mayor o menor medida a los efectos de la saturación de las redes en eventos multitudinarios, por ejemplo. Con 4,5G, que ha adoptado algunas de las tecnologías de 5G sobre las redes actuales, la situación ha mejorado, pero solo marginalmente y con el foco puesto en dispositivos móviles.
Comunicaciones móviles para los hogares
5G está llamada a ser la tecnología de comunicaciones apta para dar servicio no solo a los mejores smartphones o tabletas. Ahora estamos acostumbrados a “pillar el WiFi” siempre que sea posible, así como a prescindir de las comunicaciones móviles en los equipos portátiles en los que usamos el WiFi de forma mayoritaria. También estamos viendo cómo los smartphones se convierten en puntos de acceso WiFi para nuestros equipos en aquellos lugares donde no llegan las conexiones de fibra o de banda ancha y que mantienen las conexiones ADSL de 3 Mbps o 6 Mpbs. No obstante, lo hacemos a costa de consumir los planes de datos a más velocidad, porque los portátiles consumen muchos más “gigas” que los móviles.

5G, sin embargo, estará presente en los portátiles de forma habitual, así como en los hogares, sustituyendo o complementando a los habituales routers ADSL o de fibra que siguen estando presentes en un significativo número de hogares. Y en los equipos portátiles, los coches o cualquier otro escenario donde ahora dependemos de WiFi 5G tiene la oportunidad de convertirse en la forma de conectarnos por defecto.
Las claves de 5G
La tecnología 5G, a modo de resumen, cuenta con virtudes clave que la diferencian de 4G. La baja latencia de las comunicaciones es esencial para determinadas aplicaciones, como la mencionada de la conducción autónoma, pero también para otras como la realidad virtual.
También destaca por lo que se conoce como “Network Slicing“, o la capacidad de las redes 5G para crear canales de comunicaciones seguros y exclusivos en los que se garantizan ciertas propiedades como el ancho de banda o la latencia, “levantados” bajo demanda. Así se podrán crear canales de comunicaciones cuándo y cómo se necesiten para ofrecer servicios de alta disponibilidad y capacidad, o al menos a la medida de lo que se precise en cada momento.

Para portátiles, 5G es el eslabón perdido para la productividad en cualquier momento y lugar. Es mejor que WiFi gracias a velocidades de varios Gbps que son posibles tecnológicamente hablando. Y todo ello en escenarios donde convivan miles de dispositivos conectados al mismo tiempo.
El MIMO masivo en las antenas, o la capacidad para dar servicio también a dispositivos IoT, hará que sea rentable e interesante desplegar una red de comunicaciones mucho más extensa que ahora. Con 4G no interesa dar cobertura en ubicaciones con pocos habitantes, por ejemplo. Pero si tenemos en cuenta que 5G dará servicio a hogares, cosas y vehículos, la monetización de las redes de comunicaciones será posible en ubicaciones que con 4G no interesan comercialmente.
Para el Internet de las Cosas, 5G es también una tecnología óptima: los protocolos de comunicaciones para IoT permiten que los dispositivos conectados solo usen las redes móviles una fracción del tiempo, por lo que pueden funcionar incluso con baterías durante semanas o meses. Por ejemplo, los localizadores para objetos ahora tienen que cargarse cada pocos días usando 4G o 3G, pero con 5G podremos olvidarnos de ellos durante más tiempo.
Los dispositivos hiperconectados
Si todo va como parece que tiene que ir con 5G, a partir de 2019 veremos un número de dispositivos conectados creciente en el mercado. No solo en número, sino también en diversidad. Tecnologías como las del coche autónomo dependerán de 5G para funcionar correctamente, precisamente para aprovechar las ventajas de la baja latencia, así como de otras características de 5G comentadas anteriormente, como la disponibilidad o la facilidad para “levantar” servicios de comunicaciones cuando se necesiten de un modo seguro y con prioridad a la medida de lo que se necesite.
Para el hogar, los routers 5G o los que combinen 5G con ADSL o fibra serán habituales. De este modo será posible dar cobertura en ubicaciones donde ahora mismo no es posible o no resulta interesante desplegar fibra, cable u otras tecnologías para dar servicio de banda ancha al mercado residencial.

También veremos smartphones, obviamente. La primera oleada de los mismos llegará durante este año, aunque de momento como opción en los terminales flagship. A medida que se estandarice la tecnología, será factible integrar el módem en los propios SoCs y convertir a 5G en la tecnología de facto para las comunicaciones, con compatibilidad hacia atrás con 4G, desde luego.
Los portátiles se beneficiarán de 5G de un modo especial. Los Always Connected PCs, con procesadores ARM en los que el módem de comunicaciones está integrado, empezarán a ofrecer comunicaciones 5G convirtiendo a los portátiles en una especie de móviles tuneados para la productividad en cualquier momento y lugar. En el caso de los portátiles con procesadores Intel o AMD, se precisará una solución de conectividad de terceras partes, aunque en Intel ya están trabajando en el desarrollo de su propio módem 5G.
En el campo del ocio, los videojuegos son otro de los campos donde 5G tendrá mucho que decir; especialmente gracias a la baja latencia. La realidad virtual también se beneficia de la baja latencia, y no podemos descartar la posibilidad de que haya visores de RV que integren 5G de un modo nativo para acceder a aplicaciones que se basen en tecnologías cloud.
En los coches, también es factible que la tecnología 5G se integre en una primera fase como elemento de conectividad para aplicaciones de diagnóstico, seguimiento, localización o para ofrecer comunicaciones a los pasajeros de un modo más eficiente que usando la conectividad en cada terminal particular. Para transportes como el autobús o el tren supondrá una mejora notable frente a otras tecnologías actuales, como las comunicaciones por satélite.

En el apartado del IoT, los dispositivos conectados para el hogar llevarán 5G como tecnología de comunicaciones. Ahora tenemos que configurarlos para que aprovechen el WiFi, pero es una tecnología poco eficiente y conlleva un engorro y una complicación de cara a la configuración o el mantenimiento. Si se cae la red WiFi, por ejemplo, perdemos la conectividad. Con 5G, los dispositivos conectados podrán incluso usar baterías para funcionar, al no tener que estar todo el rato usando la conectividad WiFi. 5G es muy eficiente para IoT, así que tendremos desde termostatos conectados hasta webcams, pasando por elementos domóticos.
Las operadoras, la clave
En última instancia, son las operadoras las que tienen que dar un primer paso de cara a flexibilizar las tarifas y ofrecer a los usuarios planes de datos con más gigas y velocidad. O para ofrecer servicios a la carta en los que se puedan usar más gigas sin que suponga un coste excesivo. Las tarifas de fibra, ADSL y 5G acabarán siendo habituales una vez que se integre 5G en dispositivo tales como los portátiles.
De momento, la tecnología 5G irá implantándose progresivamente. 2019 será un año de “calentamiento”, pero la velocidad que este tipo de conectividad nos ofrezca será mucho más rápida que en el caso de 4G y llegará también a muchos más dispositivos.

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