Cejas perfectas: consíguelas en 5 sencillos pasos

Las cejas son uno de los atributos del rostro que otorgan una personalidad más marcada a nuestra expresión. Aunque no siempre les prestamos la atención que merecen, unas cejas bien definidas y naturales tienen un gran potencial estético y expresivo, ya que enmarcan la mirada e incluso rejuvenecen, pues si tienen una forma adecuada pueden generar la ilusión visual de un efecto lifting facial, haciendo que los ojos se vean más abiertos y el párpado menos caído.

¿Cómo son las cejas perfectas?

No existe una ceja perfecta estándar para todas las personas. La ceja ideal es la que mejor encaja con la forma del rostro y aporta armonía a las facciones, sin endurecer los rasgos ni hacer, por ejemplo, que la expresión se vea triste, cansada o abatida. Además de la forma, la propia naturaleza del vello de la ceja es diferente en cada persona. Una ceja perfecta debe respetar las características naturales del vello. Forzar una textura o un movimiento que resulten artificiales es algo que se debe evitar.

Para comenzar a diseñar las cejas, lo primero que recomiendan los expertos es prestar atención a su forma natural: fíjate en el inicio, en el punto más alto y en el final de la ceja. Las cejas perfectas potencian su estructura natural, y es algo que hay que tener muy claro antes de comenzar a retirar vello. Diseñar las cejas no es como cortarse el pelo. En el caso de las cejas, la naturaleza manda y es imposible recrear una forma o una textura de cejas que no tengamos. Por eso, lo más inteligente es centrar los esfuerzos en sacar el máximo partido a la forma propia de las cejas y potenciar su atractivo según la forma de tu rostro –alargado, redondo, ovalado, cuadrado o triangular–. jugando con el color, el volumen, el peinado o el grosor de las cejas. De esta forma, tus cejas siempre serán perfectas.

Tipos de cejas según su forma

1. Rectas. Tienen el arco poco pronunciado, por lo que dan sensación de rostro ovalado y corto, potenciando la intensidad de la mirada.
2. Finas. Piensa en los años noventa, visualiza a las Spice Girls (y, más recientemente, a Bella Hadid y Nicola Peltz). Las cejas finas y ultrafinas favorecen a los rostros con rasgos dulces y aniñados. .
3. Cortas. Este tipo de cejas piden a gritos intervención: valiéndote de un lápiz de cejas, alarga sus extremos y arquea ligeramente su contorno para dar a la mirada el protagonismo que merece.
4. Curvas o redondeadas. Crean un efecto envolvente en torno al ojo. Si la curva es muy pronunciada, trabájalas para definirlas y afilar sutilmente su forma.
5. Arqueadas. Su punto alto está muy elevado y su ángulo puede ser más o menos pronunciado. Son muy contundentes y transmiten mucha personalidad.
    

Consejos para mejorar la forma de tus cejas

Aunque ya hemos dicho que la naturaleza de las cejas no se puede modificar, hay trucos cosméticos para embellecerlas, mejorar su forma y sacarles el máximo partido. Una vez que domines estos trucos lograrás transformar tu mirada y, con ello, la expresión de tu rostro. Toma nota de los cinco pasos imprescindibles para hacer que tus cejas luzcan su mejor versión. 

Paso 1: Diseña la forma de la ceja perfecta

Hay tres puntos que definen el arco de la ceja. Tenerlos localizados antes de comenzar a rellenar o maquillar las cejas es fundamental para conseguir una forma natural. Para ello necesitarás situarte frente al espejo y un lápiz o el palo de un pincel. Coloca el lápiz sobre tu rostro en vertical, tocando la aleta de la nariz. El punto de la ceja que coincida con esa línea imaginaria marca el inicio de la ceja. Sin separar el lápiz de la aleta de la nariz, mira hacia el frente y rota el lápiz hasta que se coloque justo encima del iris de tu ojo. El punto de la ceja que coincida con esa línea es el punto alto. Para finalizar, inclina el pincel hasta el extremo del ojo. La línea imaginaria en ese punto marcará el final de la ceja o rabillo.

Paso 2: Rellena las calvas y zonas despobladas

Una vez definida la forma ya puedes rellenar las calvas y zonas despobladas sabiendo que respetas la forma natural de tu ceja. Hazlo con un lápiz para cejas o un gel con color que aplicarás con la ayuda de un pincel biselado. Maquíllatelas de fuera hacia adentro, empezando en la zona donde el vello es más largo y yendo poco a poco hacia la raíz. Hazlo con trazos muy finos en dirección contraria al crecimiento, siempre por debajo del pelo para que el resultado sea lo más natural posible. Se recomienda que al principio de la ceja (en la zona más próxima al entrecejo) los trazos sean suaves para conseguir un efecto difuminado.

Paso 3: Peina, hidrata y acondiciona el vello

Para suavizar la textura y, al mismo tiempo, peinar las cejas, elige un acondicionador humectante a base de ceras con aplicador de cepillo o goupillón. Según quieras un acabado más natural (por ejemplo, para el día) o más marcado (por ejemplo, para salir por la noche) puedes elegir una fórmula transparente o con color. Peina las cejas desde el centro hacia la sien realizando movimientos cortos hacia arriba. Además de un peinado perfecto, con este movimiento conseguirás fijar el pigmento y aportar efecto de volumen.

Paso 4: Corrige y retira el exceso de pigmento

No te preocupes si durante la aplicación del color o del maquillaje de cejas has cometido algún error. Con la ayuda de un bastoncillo puedes retirar el pigmento en los puntos donde te hayas salido. Basta con arrastrarlo suavemente sobre la piel de la línea del contorno de la ceja para eliminar el exceso de maquillaje. Si el pigmento es waterproof, impregna ligeramente el algodón del bastoncillo en desmaquillante o una pizca de jabón para asegurarte de que al retirarlo no dejas trazas oscuras sobre la piel.

Paso 5: Fortalece y aporta vitalidad al vello

Cada noche, después de desmaquillarte, aplícate sobre las cejas un fortalecedor que estimule el crecimiento, el brillo y la vitalidad del vello. Ingredientes como el pantenol "penetran en la fibra capilar, promoviendo su hidratación desde dentro y asegurando que las cejas se mantienen suaves y fuertes”, dicen en la firma U/1ST.

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