Trucos para prolongar tu bronceado tras el verano

Hidratar sin excusas; evitar las quemaduras solares y la descamación de la piel, broncearnos gradualmente, protegernos con pantallas solares físicas y químicas… Has aplicado concienzudamente todos los consejos para que tu bronceado sea sano y bonito, pero ¿y duradero? Los días comienzan a acortarse y echas de menos lucir esa piel dorada de las vacaciones.
Te damos algunos de los mejores trucos y hábitos para que ese tono que tanto te favorece te acompañe el máximo tiempo posible, sobre todo cuando vuelvas a la rutina del día a día.
01.
Lo primero, mucha precaución
La prioridad a la hora de broncearnos es la salud por encima de todo. El resto vendrá solo. Los buenos hábitos nos protegerán de quemaduras, enfermedades y, en consecuencia, de que nuestro bronceado dure más tiempo y luzca más bonito.
La prisa nunca fue buena consejera, y en esta vida todo tiene sus plazos y su proceso. El bronceado que se adquiere rápido, daña más y dura menos. 10–15 minutos de exposición solar diarios, mejor de forma activa (dando un paseo, por ejemplo) son más que suficientes para que tu piel vaya adquiriendo tono poco a poco, sin quemarse ni dañar sus tejidos. Eso sí, utiliza protección química, es decir, cremas con protección solar alta o muy alta. Y añade protección física: gafas de sol y sombreros. Y recuerda, las cremas solares cuanta mayor protección, mejor para la piel.
02.
Bebe mucha agua
De nada sirve hidratarnos por fuera si no estamos debidamente hidratados por dentro. Recuerda que es muy importante beber 1,5 litros de agua al día: no solo mejora nuestra salud, también evitará que la piel se vea reseca y deshidratada y nos ayudará a mantener un bronceado saludable durante más tiempo.
03.
Practica deporte con regularidad
Sí, ejercitar nuestro cuerpo también puede ayudarnos a prolongar el bronceado. Una caminata al aire libre no solo nos ayudará a broncearnos sino que activará nuestra circulación y oxigenará nuestra piel consiguiendo que tenga un aspecto mucho más brillante y saludable.
04.
Cuida tu alimentación
Siempre insistimos mucho en ello y no queremos dejar de recordártelo. Una buena alimentación sirve de base como refuerzo a la protección externa que vayas a usar. Las zanahorias, los tomates, los albaricoques, el mango, la sandía, las hortalizas de hoja verde o el pimiento rojo tienen una importante capacidad antioxidante que te protegerá de la radiación ultravioleta.
Además, es recomendable tomar alimentos ricos en betacarotenos: pigmentos naturales que se transforman en vitamina A y favorecen la producción de melanina y el correcto funcionamiento de las células de la piel. Alguno de estos alimentos son: el tomate, la zanahoria, las acelgas, el melón, la sandía, las espinacas, la calabaza, los melocotones...
Por su parte, los frutos rojos -arándanos, cerezas, grosellas o frambuesas- están repletos de Vitamina C y polifenoles que neutralizan los radicales libres que causa el sol en tu piel. El aceite de oliva es un tesoro de vitamina E, antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados, que facilitan la regeneración celular y previenen la inflamación. Los frutos secos, semillas y pescado como las nueces, la chía, el lino, las sardinas o el salmón contienen ácidos grasos Omega-3, que hacen milagros protegiendo la piel. Y por último, ¿te apetece un té verde? Sus polifenoles son importantísimos para mantener tu piel sana y todos sus demás componentes mantendrán tu cuerpo hidratado y libre de toxinas indeseadas.
Si no llegas a tiempo o quieres reforzar esta protección interior, aprovecha todos los ingredientes beneficiosos en forma de complemento alimenticio.
05.
Limpieza en profundidad para obtener mejores resultados
El éxito de un cosmético, ya sea un protector solar o un autobronceador, dependerá en buena medida de cómo preparemos la piel antes de su aplicación: eliminar las células muertas hará que la piel absorba mejor el producto.
Los ingredientes que funcionan como “pantalla” solar no se eliminan tan fácilmente, y suelen quedarse taponando los poros, por lo que la exfoliación semanal, o incluso dos veces en semana, es muy importante para que la piel “respire” libremente.
Ten la precaución, en verano, de utilizar productos exfoliantes particularmente suaves y respetuosos con una epidermis sensibilizada por la acción de los rayos UV, en el mercado encontrarás productos que, además de limpiar, la nutren, ayudan a adquirir un bronceado más duradero y a que desaparezca de forma gradual.
06.
Hidratación profunda para mantener el bronceado por más tiempo
Llegas de la playa feliz, llena de vitalidad, de alegría... y también de arena y sal. El placer máximo al llegar a casa es una ducha con agua fría, un jabón suave, preferiblemente sin detergente, y el mejor de los cuidados: aftersun para después del sol. A menudo tenemos la falsa creencia de que estos productos específicos para reparar la piel tras la exposición solar son necesarios únicamente cuando sufrimos quemaduras. Debemos aplicar aftersun todos los días de playa, incluso aquellos en los que no hayamos tomado el sol, ya que además de regenerar la piel ayuda a prolongar el bronceado.
Para aplicarlo, nada mejor que hacerlo mediante un masaje energizante en todo el cuerpo y al menos hasta dos semanas después de haber terminado las vacaciones o las exposiciones al sol. Solo así conseguirás un extra de hidratación y evitarás la descamación.
07.
Técnicas de maquillaje para estar bronceada todo el año
Para broncear el rostro, mezcla unas gotas de un autobronceador específico para la cara en textura líquida con tu hidratante habitual y extiende hasta obtener un resultado homogéneo. Al igual que harías en la playa o durante el verano, completa con unos toques de polvos solares en la zona de la frente, los pómulos, la nariz y el mentón, y haz del iluminador tu mejor aliado: ese toque de luz que porta al rostro produce la misma sensación del sol sobre la piel. Con estos tips conseguirás el look efecto sun kissed que tanto favorece.
08.
Qué hacer para mantener el moreno en invierno: productos autobronceadores
Una o dos veces por semana, tras la vuelta a la rutina y al interior de la oficina, el uso de un autobronceador es una de las mejores decisiones que puedes tomar para lucir moreno fuera de temporada.
Recuerda extenderlo con un suave masaje para que el producto se reparta por igual por toda la zona de aplicación, con especial cuidado en los pliegues de codos y rodillas. Para obtener mejores resultados y hacer que el producto penetre mejor en la piel, aplica una exfoliante corporal previamente.

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