Cómo quitar el pañal al bebé: los mejores consejos
El segundo verano del bebé suele ser sinónimo de graciosos chapoteos en la piscina, de sus primeros manguitos y castillos de arena, de explorar pasito a pasito –y siempre agarrado de tu mano– el fascinante entorno del pueblo o el campo que se abre por primera vez ante sus ojos… Y también, para muchas familias, el momento idóneo para decir adiós al pañal.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), los niños empiezan a estar listos para dejar de usar pañal entre los 2 y los 3 años, “idealmente a partir de los 30 meses”, apuntan. Aunque cada niño tiene su propio ritmo, el grado de madurez a esta edad suele ir acompañado de otros hitos en su desarrollo, como que es capaz de mantenerse en equilibrio cuando está de pie, coordina sus movimientos al caminar y se las apaña para bajarse solo el pantalón o las braguitas. Además, gestos como que señale el orinal y diga ‘pipí’ o ‘caca’, le dé pudor y se esconda cuando nota que tiene ganas de hacer pis o caca, avise cuando ha ensuciado el pañal o que éste permanezca seco durante varias horas seguidas son claros indicios de que el pequeño pueda estar preparado para decir adiós al pañal.
Paso a paso: pautas para quitar el pañal al bebé
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se inicia el proceso de retirada del pañal a un bebé es que los adultos han de afrontarlo con paciencia y respetar en todo momento los ritmos del niño. Lo habitual es que este aprendizaje se logre en un tiempo entre dos y cuatro semanas, aunque siempre es posible que haya retrocesos puntuales que puedan demorarlo. Es normal y no hay por qué alarmarse, y mucho menos impacientarse.
Los pediatras y enfermeros pediátricos aconsejan comenzar por quitar el pañal durante el día, manteniéndolo por las noches hasta que la primera fase haya madurado. El verano es una época idónea, ya que la ropa más ligera y sencilla de poner y quitar le pondrá las cosas más fáciles al pequeño.
Una forma óptima de proceder es por imitación. A partir de los dos años de edad los bebés adoran imitar a sus papás y hermanos mayores, así que dejar al pequeño que os vea usar el baño con naturalidad puede ser un buen comienzo. Podéis colocar su orinal en el cuarto de baño de la casa y permitirle entrar con vosotros.
Un detalle importante que no hay que perder de vista es intentar que el proceso de retirada del pañal no coincida con ningún “acontecimiento” importante, como la llegada de un nuevo hermanito, el comienzo de la escuela infantil, la retirada del chupete o el paso a su propia habitación. Para el niño, se trata de cuestiones capitales y es conveniente que no se sienta estresado ni superado por las circunstancias. Mejor afrontar todas estas pequeñas grandes conquistas de una en una.
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Consejos para que el bebé aprenda a usar el orinal
Vestir al bebé con ropa práctica y ligera –lo más fácil posible de poner y quitar–, intentar establecer rutinas para hacer caca –como invitarle a sentarse en el orinal todos los días a la misma hora, por ejemplo después de desayunar–, acompañarle varias veces al día a hacer pis en momentos estratégicos –al levantarnos, antes de comer, después de merendar, antes de acostarse…– y felicitarle de forma cariñosa cada vez que haga pis o caca en el orinal –con mensajes motivadores, como “¡Qué mayor!”– son gestos que le harán ganar confianza y estimularán el aprendizaje.
Por el contrario, impacientarle, atosigarle, reñirle si alguna vez se le escapan el pis o la caca o presionarle comparándole con otros niños son cosas que jamás hay que hacer, pues solo conseguirían crear frustración y hacer que el bebé se sienta intimidado y fracasado.
Como la “puesta en escena” también importa, una forma idónea de afrontar el proceso de retirada del pañal es plantearlo como un juego. Elegir un orinal divertido que pueda conectar con los gustos del pequeño, ofrecerle ropita interior con dibujos o de colores para que la use con ilusión y acompañar el aprendizaje con cuentos, canciones o algún muñeco que el bebé asocie al momento de usar el orinal le ayudarán a afrontar este importante paso de su desarrollo con motivación y libre de temores. Por la noches, lo recomendable es acostar al bebé con pañal hasta comprobar que se levanta varios días seguidos seco o que se despierta cuando nota que tiene ganas de hacer pis. Recuerda que “hasta los 5 o 6 años los escapes nocturnos son algo habitual y no hay por qué preocuparse”, dicen en la Asociación Española de Pediatría.
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