Síntomas del parto prematuro

Se considera parto o nacimiento prematuro al que ocurre antes de la semana 37 de gestación, es decir tres semanas antes –o con más anterioridad– de la fecha prevista de parto (FPP). Hay una serie de síntomas previos que suelen aparecer antes de que tenga lugar un parto prematuro. Es importante que todas las embarazadas los conozcan para saber cómo actuar en caso de que el bebé decida nacer antes de tiempo.
El parto prematuro. ¿Qué es y cuáles son los principales síntomas?
El parto prematuro es aquel que ocurre antes de la semana 37 de gestación, momento en el feto aún no ha madurado lo suficiente para ser autónomo fuera del útero materno. Suele producirse con más frecuencia entre la semana 22 y la semana 32 de embarazo. Si un bebé nace antes de la semana 37 deberá pasar sus primeras semanas dentro de una incubadora.
Hay síntomas que pueden hacer sospechar a una embarazada que se está poniendo de parto. En caso de experimentarlos, la pauta es acudir a Urgencias para que un médico u obstetra pueda valorar la situación. Los principales síntomas que indican un parto prematuro son:
- Contracciones regulares que no cesan al cambiar de postura y que se hacen cada vez más y más frecuentes
- Hemorragias vaginales
- Calambres abdominales
- Dolor fuerte en la parte baja de la espalda
- Rotura de la bolsa amniótica
Cualquiera de estos síntomas indica amenaza de parto prematuro. El médico o ginecólogo es quien debe determinar con una exploración cómo de avanzado está el proceso para tratar de pararlo mediante reposo absoluto o medicación intravenosa. En caso de amenaza de parto prematuro, además, se suele administrar glucocorticoides para acelerar la maduración de los pulmones del bebé, que son los últimos órganos en terminar de desarrollarse durante la gestación. Estos corticoides son un seguro de vida para el bebé en el caso de que finalmente no se pueda detener el parto.
¿Cómo detectar un parto prematuro? Principales factores de riesgo
Alrededor del 10% de los embarazos concluye con un parto pre-término, es decir, que el bebé nace más de tres semanas antes de la fecha prevista (FPP). La probabilidad del parto pre-término aumenta si se ha tenido con anterioridad un parto similar o si se esperan mellizos o trillizos. En otros casos, si se detectan posibles afecciones que puedan poner en riesgo el transcurso del embarazo, el médico puede indicar inducir el parto antes de que el embarazo llegue a término.
Hay síntomas que pueden indicar un parto pre-término o prematuro: dolor abdominal intermitente con cólicos o contracciones irregulares, presión notable en el suelo pélvico, en la ingle o en la parte alta de los muslos; agarrotamiento del útero; aumento considerable y repentino del flujo vaginal.
Las consecuencias de un parto prematuro suelen no ser graves para la madre, aunque seguramente será necesario practicar una cesárea pues en etapas tan tempranas del embarazo es probable que el bebé no se haya colocado en la posición correcta para atravesar el canal del parto. Quien sí sufre mayor riesgo es el bebé, aunque el nivel de riesgo puede variar en función de la prematuridad. Cuántas más semanas pase el feto dentro del útero materno, menos graves serán las posibles complicaciones.
Parto en el séptimo mes de embarazo
A lo largo del séptimo mes de embarazo es cuando los huesos del feto comienzan a endurecerse y su piel se estira. Aunque en el séptimo mes de gestación el sistema nervioso del feto ya está lo suficientemente desarrollado como para permitirle realizar movimientos algo complejos, el bebé no está todavía preparado para ser autónomo fuera del útero materno.
Hay estudios que afirman que los bebés que han nacido a los siete meses tienen mayor probabilidad de sobrevivir que los que nacen a los ocho. Pero la realidad no es así. Está demostrado que cuanto más tiempo permanezca el bebé en el útero, más completo y seguro será su desarrollo. Es en las últimas ocho semanas cuando el bebé experimenta su mayor crecimiento. Por ello, si el parto se produce entre la semana 27 y la semana 30 de embarazo (séptimo mes) será indispensable mantenerlo en la incubadora sometido a terapia intensiva. En la incubadora se le proporcionarán los cuidados necesarios para que sus órganos maduren, en especial sus pulmones. Estos órganos son los más afectados en caso de parto prematuro.
Es habitual que los bebés sietemesinos muestren problemas para adaptarse al medio extrauterino debido a su inmadurez y su bajo peso. En el momento del nacimento tendrán una cabeza grande, la piel muy fina y brillante –que puede incluso llegar a transparentar venas y arterias–, una masa muscular débil y las plantas de las manos y los pies enrojecidas y con pocos surcos. Los cuidados médicos y la fortaleza emocional de la familia son esenciales para el feliz desarrollo del bebé en la incubadora y para garantizar su supervivencia.
Bolsos de maternidad para llevar al hospital el día del parto
Fuente:
Blott, Maggie. Tu embarazo día a día. Editorial Planeta (2015).

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