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¿Cómo es el PC perfecto para hacer streaming?

El gaming es una actividad que ha adquirido una dimensión social notable en los últimos años. Ya no solo se trata de jugar, sino de jugar de cara a la galería, que en este caso es Internet. Y el streaming es la forma de socializar (e incluso de ganarse la vida) cuando jugamos.
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El streaming es el siguiente salto evolutivo del gaming. Una vez que las conexiones de Internet han mejorado lo suficiente como para compartir contenidos a tanta velocidad como los consumimos, y que los ordenadores han mejorado muchoera cuestión de tiempo que los gamers empezasen a compartir sus partidas y sus conversaciones online. O sus monólogos “inspirados” en lo que se está jugando en un momento dado. En no pocos casos, el juego propiamente dicho es lo de menos para que un stream tenga éxito. 

Los gamers, tradicionalmente, se han organizado alrededor de chats y foros: jugar es una actividad lúdica con un elevado componente social. Esta dimensión social ha sido aprovechada por plataformas como Twitch, YouTube de Google o Facebook (en menor medida) para aglutinar a una inmensa y creciente comunidad de gamers (y curiosos) alrededor del mundo del streaming o las emisiones en directo (como se denomina en YouTube).

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¿Qué necesito para hacer streaming?

De forma resumida, necesitamos tres elementos esenciales:

  • Un equipo PC de sobremesa o portátil. El streaming desde consolas precisa de una capturadora para llevar las emisiones desde las PlayStation 4 o 5 o Xbox One o Series X/S o Nintendo Switch  hasta el PC, que será el centro neurálgico para emitir. Un consejo: si hacemos streaming desde el PC de sobremesa o portátil, lo mejor será que sea potente, como veremos más adelante. 
  • Además, necesitaremos un micrófono, una webcam o una cámara, así como otros accesorios opcionales como pueden ser luces o fondos para nuestras emisiones. Un segundo monitor no será mala idea. 
  • En último lugar, pero no menos importante, necesitaremos un software de emisión como Twitch Studio o OBS (Open Broadcaster Software). 

En muchas ocasiones vemos a los streamers más conocidos haciendo uos de varias pantallas al mismo tiempo, pero ¿cómo poner dos pantallas en un PC?

En este caso nos centraremos en el equipo PC primero y accesorios en último lugar. No todos los equipos son iguales de cara a ofrecer una buena experiencia de streaming. Spoiler: necesitaremos un “equipazo” de los de verdad. Así que mejor cuidar las especificaciones.

 

El PC para streaming

Los ordenadores, sean de sobremesa o portátiles, comparten la esencia de su tecnología. En el primer caso no tenemos limitaciones de tamaño o peso, mientras que en los portátiles estamos condicionados por la movilidad o la portabilidad de los equipos.

Las necesidades son las mismas en ambos tipos de equipos PC, aunque moduladas por las limitaciones propias de cada plataforma, por supuesto. Veamos las necesidades para cada elemento constitutivo de los equipos PC. 

 

Procesador

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Del rendimiento del procesador dependerá en gran medida la capacidad de nuestro equipo para afrontar la multitarea necesaria para jugar y emitir al mismo tiempo. La emisión en directo implica tener que trabajar con fuentes de vídeo y audio que hay que procesar en tiempo real para convertirla en el “stream” de vídeo que alimenta a Twitch o YouTube o Facebook.

En este sentido, lo ideal es tener un procesador con al menos seis cores para portátiles. Los ocho cores en laptops suben mucho el presupuesto, pero son lo ideal. En PC de escritorio, ocho cores o diez cores es una buena idea si nos llega el presupuesto. (Intel llega a diez cores con Comet Lake-S pero se queda en ocho cores con Rocket Lake-S). AMD con los Ryzen 5000 llega hasta 12 cores y 16 cores incluso. 

Recuerda que hablamos de cores físicos. Los cores “lógicos” realmente son el doble. En cualquier caso, seis es el mínimo recomendable. Ten en cuenta que los juegos usan entre 1-2 y hasta 4 o más con los motores más recientes. Es cierto que la tarjeta gráfica hace el trabajo “pesado” pero los cores de CPU son importantes en tareas de “inteligencia” del motor del juego, como la gestión de los personajes o los automatismos cuando usamos vehículos, por ejemplo.

Memoria RAM

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En el apartado de la memoria, 16 GB es una cantidad mínima recomendable. 8 son pocos. 32 GB son una apuesta segura. La RAM es esencial para multitarea y si las aplicaciones pueden llevar el procesamiento a la memoria en vez de usar el almacenamiento de disco, aunque sea SSD, mucho mejor. Pero para ello necesitamos mucha RAM. 

El juego propiamente dicho usa ya una parte. Y las aplicaciones de streaming, navegadores web o plataformas como Steam, Uplay o Epic también consumen RAM. Es un tema importante que además es mejor afrontar en el momento de la compra del equipo: después es más complicado hacer ampliaciones.

Almacenamiento de disco

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Aquí la opción “única” es la de las unidades SSD NVMe. Decimos “única” porque realmente también podemos pensar en discos HDD o SSD SATA. Pero el rendimiento es muy inferior al de las unidades NVMe. El rendimiento de las unidades de almacenamiento es también crítico para el streaming, que pone a las unidades en una posición de “estrés” importante al tener que satisfacer las necesidades de los propios juegos y las de las aplicaciones de streaming. 

Además, tenemos opciones para grabar partidas, que añaden trabajo a los discos. La capacidad recomendable es de 1 TB, más que nada porque los juegos actuales requieren decenas de GB o incluso más de 100 GB en algunos casos solo para el almacenamiento del propio juego. Si nos quedamos en 512 GB es casi seguro que nos encontraremos con problemas de espacio. 

Ten en cuenta que solo el espacio de la caché y los directorios temporales pueden necesitar decenas de gigas, que tendremos que dejar como espacio libre sin ocupar. 

 

Tarjeta gráfica

Aquí hablaremos de requisitos para gaming 1080p a 60 fps, como mínimos deseable. Y con un nivel de detalle gráfico alto, muy alto o ultra. Es lo óptimo para que las transmisiones sean fluidas y no haya “saltos” ni “tirones”.  Las plataformas de streaming, a día de hoy, suelen funcionar a 1080p, incluso cuando admiten resoluciones mayores. Aumentar la resolución a 4K multiplica por cuatro las necesidades de recursos frente a FullHD.

Aquí podemos optar por una RTX 2060 de NVIDIA o una más reciente RTX 3060 / RTX 3060 Ti. Son GPUs capaces de mover juegos a 1080p con una elevada calidad gráfica y a 60 fps. Las AMD Radeon RX 5600 XT siguen siendo buenas propuestas. La memoria gráfica recomendada será de 4 – 6 GB como mínimo. 

 

Monitor: mejor si usamos dos

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La pantalla es clave para el gaming. De hecho, hay pantallas específicas para gaming con frecuencias de refresco de 144 Hz y más. Si queremos monitorizar las emisiones en directo, lo ideal es tener un segundo monitor dedicado a gestionar las emisiones de streaming. De los monitores hablamos con más dedicación en este artículo.

En los portátiles, el tamaño de la pantalla (15’’ o 16’’ o 17’’) será importante de cara a priorizar la comodidad visual y el espacio disponible para instalar componentes y la refrigeración. Los modelos de 17’’ irán más “sobrados” para instalar componentes más exigentes en cuanto a consumo energético. Los de 15’’ serán más compactos, pero se refrigeran peor si usamos componentes de gamas muy altas. 

 

Conectividad: cable mejor que WiFi. Si es WiFi, que sea Wi-Fi 6

La conexión de Internet es esencial para la experiencia gaming y para la de streaming. Lo preferible es que conectemos nuestros equipos mediante cable Ethernet físico. Hay conexiones 2.5 GbE o de más velocidad, pero no es realmente necesario. Si las tenemos, mejor. 

En el caso de tener que usar Wi-Fi, mejor que sea Wi-Fi 6 y en la banda de 5 GHz. Si tenemos Wi-Fi 6E y un router compatible, la frecuencia de 6 GHz  será la óptima. Es importante que la latencia sea mínima y que contemos con conexiones de Internet de banda ancha simétrica. 

Elige monitor en función de la resolución

A la hora de escoger un monitor, fíjate especialmente en las pulgadas y la frecuencia de refresco. Para eSports, FullHD y la mayor frecuencia de refresco con compatibilidad con G-Sync o Free Sync son ideales.

Para gaming 1440p o 4K, los monitores darán más prioridad a la resolución que a la frecuencia de refresco. A más resolución, necesitaremos más pulgadas para una misma distancia de visualización.