Síntomas de embarazo o cómo saber si estás embarazada

La fecundación (unión del óvulo y el epermatozoide) tiene lugar durante la segunda semana de embarazo. Unos días más tarde, el óvulo fecundado llega al endometrio y se implanta. A partir de ese momento se produce una auténtica revolución en el cuerpo de la mujer que desencadena la mayoría de los síntomas incipientes de embarazo. Así, es a partir de la tercera o cuarta semana de gestación –en algunos casos un poco más adelante– cuando muchas mujeres comienzan a sentirse distintas y a experimentar los primeros cambios.

Lo habitual es que la intensidad de estos síntomas aumente a lo largo las semanas sucesivas a la vez que lo hacen los niveles de las hormonas relacionadas con el embarazo, aunque es muy difícil establecer reglas fijas. Cada gestación y cada mujer tienen su propio ritmo.

1. Amenorrea. La ausencia de la menstruación es el síntoma más evidente y el que hace sospechar a una mujer de que puede estar embarazada. Sin embargo, como hay muchas otras causas que podrían retrasar la regla, se recomienda hacerse un test de embarazo pasados uno o dos días de la fecha prevista de la regla para confirmar el embarazo. 

2. Sangrado de implantación. Es una hemorragia ligera de color rosado o marrón que se produce entre 7 y 10 días después de la fecundación, por lo que, al principio, puede confundirse con la regla. No todas las mujeres lo experimentan. Cuando el embrión se adhiere o implanta en las paredes del útero hay una mayor irrigación de sangre en la zona, lo que puede provocar este ligero sangrado.  

3. Náuseas y vómitos. El malestar habitual en el primer trimestre –que suele extenderse hasta la semana 14 de embarazo aproximadamente–, está provocado por el aumento en el organismo de los niveles de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), también llamada "hormona del embarazo". Las náuseas y los vómitos aparecen cuando los niveles de esta hormona comienzan a elevarse, y desaparecen al estabilizarse. Pero no se puede hablar de reglas fijas: hay mujeres que padecen náuseas y vómitos desde la semana cuarta y otras que no los sufren hasta la sexta o séptima semana.

4. Cambios en los pechos. Los senos son una de las zonas del cuerpo donde antes se perciben los cambios físicos ocasionados por el embarazo. Así, desde la tercera semana de gestación es frecuente notarlos más sensibles e hinchados, con una sensación similar a la de los días previos a la regla. A lo largo de las semanas aumentará el tamaño de los senos y del pezón y la piel de la areola se oscurecerá. También es frecuente que aparezcan venas visibles en los senos. 

5. Aumento de las ganas de orinar. Muchas mujeres piensan que el aumento de la frecuencia de las micciones y las ganas de hacer pis incluso en mitad de la noche se da en etapas avanzadas de la gestación, debido a que la presión del útero cada vez más grande sobre la vejiga puede provocar incontinencia. Sin embargo, es un síntoma que puede experimentarse desde los primeros días del embarazo a causa de los cambios hormonales.  

6. Aumento del apetito. Aunque las náuseas pueden interferir en las ganas de comer, hay mujeres que notan que tienen más hambre y que su apetito se dispara desde las primeras semanas de gestación.

7. Cansancio. Los cambios hormonales y el trabajo que lleva a cabo el organismo desde el momento de la fecundación para convertir el embrión en un feto exigen un gasto energético que suele provocar que la mujer se sienta muy cansada y con sueño desde los primeros días de gestación. Esta sensación de fatiga suele disminuir hacia la semana 13, aunque es habitual que se intensifique de nuevo al final del segundo trimestre de embarazo. 

8. Sensibilidad olfativa. El incremento de los niveles de ciertas hormonas parece estar detrás de esta modificación temporal del sentido del olfato que hace que las mujeres embarazadas perciban hasta el más ligero efluvio. También provoca que olores que antes les gustaban en este momento les resulten insoportables.  

9. Mareos. La disminución de la glucosa en sangre y el aumento del volumen sanguíneo provocan que la mujer pueda notar ligeros mareos desde las primeras semanas de embarazo, sobre todo al hacer ciertos movimientos o al levantarse bruscamente. 

10. Ptialismo. Es como se llama técnicamente al exceso de salivación, causado también por las hormonas. Es un síntoma que suele darse en las primeras semanas de embarazo y se acompaña de un sabor metálico, desagradable. El ptialismo suele remitir hacia la semana 12.  

11. Dolores abdominales. Son similares a los de la regla, por lo que los primeros días pueden confundirse con la llegada de la menstruación. En realidad son causa de la implantación del óvulo y de los cambios que se producen en el útero en las primeras semanas de embarazo. En cualquier caso, estos dolores nunca deberían ser muy intensos ni constantes. De lo contrario, se recomienda acudir al médico.  

12. Cambios de humor. Los vaivenes hormonales y la inquietud propia de los primeros días de gestación podrían causar cambios de humor y altibajos emocionales en la embarazada. 

13. Subida de la temperatura basal. La temperatura basal (la que tiene el organismo en reposo, nada más levantarnos de la cama o sin realizar ninguna actividad), es más elevada durante toda la gestación: hasta 0,2 y 0,5º C por encima de lo habitual.

Cada mujer es diferente, por lo que no todas las gestantes experimentan todos los síntomas antes descritos, ni con la misma intensidad. Incluso hay mujeres que apenas perciben ningún indicio, y solo la amenorrea les hace sospechar de un embarazo.

Tener más o menos síntomas –o más o menos intensos– no indica que el embarazo sea más o menos saludable. En caso de ausencia de molestias no hay por qué alarmarse y, simplemente, disfrutar de esa ventaja.