Cómo preparar tu ordenador (y tu entorno) para estudiar desde casa

Si hay algo que ha demostrado el confinamiento es que trabajar desde casa requiere organización. Pero ojo, porque estudiar tampoco es sencillo. Si ya de normal cuesta hincar los codos al salir de clase, seguir un currículum completo a distancia puede ser un desafío considerablemente mayor. Aunque hay formas de hacerlo mucho más llevadero, como por ejemplo escuchar música para estudiar.
No importa si hablamos de educación secundaria o superior; equípate adecuadamente, sigue estas pautas y verás cómo seguir los estudios desde casa no es tan complicado como parece.
Mantén el sistema operativo actualizado y evita reinicios fuera de horas

Actualmente muchos planes de estudio contemplan tutorías o incluso clases online a través de plataformas de streaming como Skype. El problema es que una actualización a deshora puede quitarnos ancho de banda o incluso solicitar el reinicio del equipo para aplicar los cambios en mitad de la lección. ¿Cómo evitarlo? Windows 10 tiene un gestor de actualizaciones dentro del panel de configuración donde podemos gestionar estas opciones.
Cambiando las horas activas o accediendo a las opciones avanzadas podremos decir al ordenador cuándo debe descargar las últimas actualizaciones de Windows y si puede o no reiniciarse automáticamente una vez descargadas. Si quieres evitar problemas de horarios, te recomendamos que configures la instalación de las actualizaciones para los momentos en los que nadie esté utilizando el PC.
Evita la introducción de virus y otro malware

Hoy en día es lo más habitual del mundo entregar las tareas por correo electrónico o mediante un pendrive. Los problemas pueden surgir cuando un compañero del grupo de trabajo tiene el PC infectado y reenvía archivos con malware o cuando una memoria USB pasa por más manos de las que debe y termina llegando a las nuestras con un virus. ¿Cómo evitarlo?
Los equipos Intel® Core™ de última generación poseen técnicas de mitigación de malware a nivel del propio procesador, evitando así que algunos virus realmente sofisticados puedan capturar nuestras claves usando técnicas concretas y conocidas. Al mismo tiempo, Microsoft ha dotado a su sistema operativo con Windows Defender, un potente y muy eficiente detector de amenazas, así como un cortafuegos que evitará posibles ataques a través de Internet, incluyendo la extracción de datos no autorizada por parte de aplicaciones sospechosas.
También merece la pena recordar que Windows 10 incorpora en su centro de seguridad un localizador de dispositivos que puede ayudar a recuperar nuestro portátil si por un caso nos lo olvidamos en la biblioteca.
Las opciones de seguridad de Windows son accesibles desde Configuración -> Actualizaciones y seguridad -> Seguridad de Windows. El localizador está en Configuración -> Actualizaciones y seguridad -> Encontrar dispositivo.
Tus datos, siempre más seguros en la nube

"Lo siento, el perro se ha comido los deberes" no es una excusa que cuele a estas alturas. No solo porque a día de hoy prácticamente todos los trabajos se hacen con el ordenador y siempre podemos sacar una copia si desaparece la versión impresa y anillada, sino porque contamos con el refuerzo de la nube para evitar perder nuestros datos más preciados en caso de extraviar el portátil o sufrir una avería.
La mejor forma de salvaguardar nuestros trabajos bajo Windows 10 es usando OneDrive, el sistema de almacenamiento en la nube de Microsoft. Cada cuenta de Microsoft viene con 5 GB de espacio totalmente gratuito en esta potente plataforma, pero si optamos por un paquete ofimático completo como Microsoft 365, imprescindible si hay estudiantes en casa, podremos disfrutar de 1 TB por persona (que ya da para complejos trabajos multimedia como los de algunas carreras técnicas y muchos ciclos superiores), con un máximo de hasta 6 TB si nos decantamos por el plan familiar.
La suite ofimática de Microsoft merece bastante la pena al integrarse totalmente en OneDrive, de forma que nuestros trabajos de Word, presentaciones en PowerPoint y hojas de Excel se guardan automáticamente en la nube. Incluso si perdemos o nos roban el equipo, tendremos la seguridad de que nuestros trabajos más importantes seguirán en nuestro poder.
¿Está tu hardware puesto al día?

Esto debería ser de pura lógica, pero no esperes trabajar bien si no cuentas con las herramientas adecuadas. Un ordenador viejo posiblemente renqueará si tienes abierta una tutoría por videollamada mientras mantienes media docena de pestañas abiertas en el navegador y repasas un texto en PDF con más de 100 páginas. Circunstancias absolutamente corrientes en la vida estudiantil moderna [se enlazará al primer experiencial en cuanto haya sido publicado].
Por ello, el mejor ordenador para estudiantes debe tener un procesador que pueda soportar toda esta carga de trabajo simultáneo, como los nuevos Intel Core, que abarcan desde los Intel Core i3, perfectos para ofimática y consumo multimedia, a los más potentes Intel Core i7, con la potencia necesaria para asumir trabajos mucho más complejos, tales son los demandados por ingenierías técnicas o ciertos ciclos formativos centrados en la fotografía, el audio o el vídeo.

Los nuevos procesadores Intel Core se benefician además de funciones como Wi-Fi 6 para disfrutar de conexiones inalámbricas más estables, de necesidad absoluta si vamos a participar en tutorías online, y arranques ultrarrápidos gracias a la tecnología Intel® Optane™, que garantiza la máxima brevedad para no llegar tarde a clase... aunque la lección la vayamos a recibir en el dormitorio y en pijama.
Como añadido, es bueno recordar que hoy en día los portátiles brindan posibilidades de uso hasta hace poco impensables. El uso de pantallas táctiles para el manejo de aplicaciones complejas como AutoCAD o Photoshop usando un lápiz digital con miles de niveles de presión, son una opción a tener en cuenta dependiendo del currículum con el que estemos trabajando. Recuerda que hay un ordenador para cada estudiante.
Reduce las distracciones

Nuestro último consejo no es técnico, sino de uso. Si vamos a estudiar en casa, necesitamos hacerlo en un entorno libre de distracciones. Evita por tanto situar tu ordenador portátil en el salón o durante las horas de uso de la cocina, donde ruidos e interrupciones serán sin duda constantes. El dormitorio suele ser un lugar bastante común y adecuado para colocarlo, pero si no es posible, busca cualquier cuarto que esté desocupado durante las horas lectivas.
Asimismo, si el ordenador va a ser compartido con varios miembros de una misma familia, será importante que crees un perfil para cada persona y establezcas horarios de uso. De esta forma evitarás borrados accidentales y cada usuario tendrá su propio escritorio configurado como él prefiera.
Y si no eres el estudiante, sino el progenitor de uno, recuerda que las Opciones de Familia de Windows 10 te permitirán gestionar el número de horas de uso del ordenador e incluso observar qué aplicaciones se han utilizado en cada momento. Porque eso de "me voy a estudiar" cuando en realidad se está explorando mazmorras en Minecraft es algo que ya está muy visto.

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