Cómo controlar la exposición al hacer fotos con el móvil
Las cámaras de los móviles han alcanzado un nivel de calidad incluso mejor que el cámaras dedicadas de tipo compacto, y están a la par con cámaras de tipo SLR o las EVIL sin espejo cuando las condiciones de luz son óptimas, en aquellas situaciones en las que las diferencias derivadas del tamaño del sensor no son evidentes.
Estas situaciones se dan cuando la luz es suficientemente intensa como para que incluso los sensores pequeños como los de los smartphones reciban una cantidad de luz suficientemente significativa como para que sus fotocaptores (los píxeles que capturan la luz para formar la imagen que se almacenará en la memoria del terminal) se estimulen de un modo tan "intenso" como los sensores de las cámaras SLR o EVIL, en los que los fotocaptores son mucho más grandes y por tanto susceptibles de captar y capturar mucho mejor la luz.
Precisamente es la luz el ingrediente fundamental de una foto. Y aprender a controlar la cantidad de luz que llega al sensor es uno de los conocimientos fundamentales para dominar la técnica fotográfica. Básicamente este control se hace a partir de dos variables: el tiempo de exposición y la apertura del diafragma. El diafragma, cuanto más abierto, más luz deja entrar hacia el sensor. Y el tiempo de exposición, cuanto más prolongado, también dejará entrar más luz hacia el sensor, y cuanto menos, menos luz dejará llegar a los fotocaptores.
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La exposición
La combinación de una apertura de diafragma y un tiempo de exposición durante el cual el sensor está recibiendo luz procedente de la escena que queremos capturar, es lo que se llama la exposición. Una foto estará bien o mal expuesta dependiendo esencialmente de estos dos parámetros. En los móviles, sin embargo, tenemos que uno de ellos es fijo: la apertura de diafragma.
Por limitaciones de espacio y mecánica, las ópticas de los móviles vienen con una apertura fija que no podemos cambiar. Y generalmente es una apertura lo mayor como sea posible. Valores de F2.0, F1.9, F1.8, F1.7 o incluso F1.6 son habituales en los teléfonos de gamas medias y altas. De esta manera, entrará una elevada cantidad de luz, lo cual ayuda a que los fotocaptores capturen a mayor cantidad posible de luz, incluso en situaciones de iluminación complicadas como en escenas nocturnas o interiores.
En los móviles, generalmente usamos el modo automático de fotografía, aunque es cada vez más frecuente disponer de un modo "Pro" o Manual de fotografía en el que tenemos acceso al control manual de parámetros tales como la sensibilidad ISO, la temperatura de color, el enfoque manual, el tiempo de exposición o la compensación de exposición. Este último parámetro lo trataremos más adelante, aunque baste decir ahora que es un método adicional para controlar la exposición de la escena una vez que hemos elegido el tiempo de exposición, o cuando la cámara lo ha elegido por nosotros si usamos el modo automático. Si utilizas un iPhone pasar las fotos de iPhone a PC es algo sencillo.
Qué es la exposición
Básicamente una foto puede estar sobreexpuesta, subexpuesta o expuesta correctamente. Si está correctamente expuesta, la imagen habrá capturado tanto las luces más intensas como las más tenues mostrando el máximo detalle tanto para las primeras como para las segundas. Es decir, no habrá zonas "quemadas" ni negras. En las que se haya perdido el detalle de aquello que estemos fotografiando. Es el caso del cielo, que en vez de mostrar las nubes se ve solo blanco, o el de la ropa en una zona oscura donde solo vemos la silueta sin distinguir la chaqueta o el pantalón, por ejemplo.

Foto con una exposición correcta en condiciones óptimas de luz
Si la foto está "quemada" estaremos ante una foto sobreexpuesta. Si la foto está negra o "sin luz" estaremos ante una foto subexpuesta. Los sensores no siempre son capaces de capturar al mismo tiempo las zonas más iluminadas y las más oscuras, por lo que no siempre podremos tener una exposición correcta y habrá que elegir si preferimos que sean las luces altas las que se capturen correctamente, subexponiendo las zonas oscuras, o si preferimos que sean las luces bajas las que salgan bien expuestas, sobreexponiendo las zonas más luminosas.

Foto sobreexpuesta con el cielo quemado
El modo HDR de las cámaras de fotos está pensado precisamente para compensar esta limitación y, básicamente funciona de un modo bastante ingenioso: la cámara hace dos, tres o más fotos en secuencia, con diferentes exposiciones para capturar correctamente tanto las zonas oscuras como las luminosas, combinando posteriormente todas las imágenes en una sola de "alto rango dinámico".

foto expuesta correctamente mostrando el detalle de las nubes. La luz es menos intensa en la parte del edificio pero hay detalle en toda la imagen.
El HDR no siempre nos deja ajustar el grado de HDR de un modo preciso, por lo que dependemos de los automatismos de la cámara casi siempre. La tendencia es la de no exagerar excesivamente los resultados para que no se note demasiado, pero capturando más detalle que en el caso de no usar el modo HDR. Generalmente tenemos la opción de Auto, activado siempre o desactivado.
Ojo, a veces podemos preferir que la exposición sea incorrecta "a propósito" con fines creativos. Es el caso de las fotos a contraluz en las puestas de Sol, por ejemplo, donde se subexponen a posta las caras y las personas para obtener el efecto de silueta a contra luz donde el cielo está correctamente expuesto para capturar los tonos azulados o anaranjados dependiendo de lo alto o bajo que esté el Sol.

Foto subexpuesta para acentuar el contraluz con el cielo. En las zonas oscuras no hay detalle.
Cómo controlamos la exposición
En un smartphone tenemos esencialmente tres modos de controlar la exposición. Dos si no hay control "Pro" o Manual en la interfaz de la cámara. El primer método y más inmediato es el de tocar en la zona de la pantalla donde queremos capturar la luz. En la práctica totalidad de los móviles, si tocamos con el dedo sobre una zona de la escena, la cámara ajustará la exposición para capturar correctamente la luz en esa zona.
Es más, la cámara ajustará la exposición automáticamente cada vez que cambiemos el encuadre, de acuerdo con la luz que esté midiendo en promedio. Así, para cada encuadre que hagamos, la exposición se calculará automáticamente hasta que toquemos nosotros en una zona de pantalla donde queramos que se mida la exposición específicamente.
El efecto se ve al instante, gracias a la simulación de exposición con la que cuentan las cámaras, de modo que podremos ver cómo quedará la foto final aproximadamente. Dependiendo de la cámara, tendremos mayor o menos "sensibilidad" al toque, por lo que quizá tengamos que pulsar varias veces sobre la imagen para que la cámara capture la luz que queremos. Por ejemplo, en edificios iluminados por la noche, lo suyo es que la exposición esté ajustada a las luces altas de los focos en la fachada, por lo que tendremos que pulsar sobre las zonas de luz para ajustar la exposición precisamente ahí.
Control de la exposición: un paso más allá
Posiblemente este método de control de la exposición sea conocido por todos o casi todos. Pero, a partir de aquí. entramos ya en el territorio de lo no siempre conocido. Los fabricantes de móviles no siempre lo ponen fácil a la hora de dar toda la información a los usuarios. Así, si dejamos el dedo pulsado sobre la pantalla, en muchos casos, aunque dependiendo del móvil se mostrará de diferentes modos, aparecerá un mensaje advirtiendo que se ha bloqueado la exposición y el enfoque (AE/AF lock). El mensaje puede ser precisamente ese: AE/AF Lock, o un símbolo de un candado indicando que se ha bloqueado el ajuste. Este bloqueo significa que, mientras esté activado, aunque movamos la cámara, la exposición se habrá bloqueado en la zona de la escena donde hayamos hecho una pulsación larga con el dedo.
Si pulsamos de nuevo en pantalla, se desbloqueará la exposición y volverá al modo automático. Pero todavía hay más controles para hacer que la exposición se ajuste a nuestros gustos.
Volviendo al ejemplo del edificio iluminado, los automatismos de la cámara no siempre permiten que, aunque pulsemos con el dedo en una zona de luces altas como las de los focos de una fachada, la exposición se ajuste a esas luces. La razón está en que la exposición se calcula en promedio sobre una zona más o menos amplia dependiendo de la elección del fabricante. Esa medición puede ser puntual o ponderada al centro (entre otras opciones). La puntual es más precisa y hace que la exposición se calcule justo sobre el punto que estemos tocando. La ponderada hace una media sobre las luces y sombras de una zona de tamaño variable alrededor del punto donde estemos tocando.
Por ello, a veces podemos tener que las luces siguen saliendo sobreexpuestas a pesar de que estemos pulsando sobre una zona iluminada. En ese caso, tenemos la posibilidad de usar la compensación de exposición.
En cada cámara se muestra de un modo diferente, aunque suele ser en forma de un icono con forma de Sol o de bombilla. En otros casos aparece un símbolo con un "+/-" o las letras AE o EV. Suele ser un control deslizante que, al moverlo, hace que la imagen se sobreexponga o se subexponga. De este modo, una vez que la exposición se ha calculado de forma automática, tenemos un margen de maniobra adicional para hacer que la exposición sea la que nosotros queremos. En el caso del edificio, podremos subexponer para que las luces salgan bien y sin "quemar" con negros bien definidos en la parte de las sombras.
El control Manual o Pro
En las cámaras con controles manuales, la exposición se puede ajustar de un modo preciso a través del control correspondiente. Hay que decir que no es una ciencia exacta, y puede haber móviles con modo manual donde el control de exposición no esté presente, como en el caso del Samsung Galaxy A8, pero no es habitual. En el caso de que haya control manual, aparecerá indicado con un reloj, o la letra “S” de speed. Es un ajuste que permite definir el tiempo que el sensor está capturando la luz. A mayor tiempo, más luz captará el sensor y más clara saldrá la instantánea. A menor tiempo, más oscura saldrá la foto.
Los valores vienen dados en fracciones de segundo. Así, un valor de 1/125 significa que el tiempo de exposición es de un ciento veinticincoavo de segundo. A medida que bajan los tiempos de exposición, y nos acercamos a tiempos más largos, nos encontramos con 1/10 segundos (una décima), o 1/8 o 1/2 hasta que llegamos a 1 segundo, 2 segundos hasta valores de incluso 30 segundos. Ten en cuenta que cuanto mayor es el tiempo de exposición, más probabilidades hay de que la foto salga movida.

Foto con un tiempo de exposición de 0,3 segundos
La utilidad más notable de los modos “Pro” en un móvil es la de poder configurar un valor de la sensibilidad ISO lo más bajo como sea posible para maximizar la calidad. Cuanto más bajo sea el valor de la ISO, más tiempo de exposición necesitaremos para conseguir fotos bien expuestas. En el límite, cuando no haya mucha luz, necesitaremos tiempos de exposición muy largos para conseguir una buena exposición, por lo que, salvo que usemos un trípode, tendremos que aumentar la sensibilidad ISO hasta que podamos usar un tiempo de exposición suficientemente corto como para que la nitidez no sea un problema.
En la imagen de arriba tenemos a la izquierda la escena capturada con una exposición de 1/15 segundos (0,15 segundos). Y a la derecha con una exposición de 0,3 segundos. Como se puede ver, a más tiempo de exposición, más clara sale la foto, pero también sale movida. Al final, es una cuestión de preferencias. Por cierto, la compensación de exposición está presente en el modo manual, con un efecto igual al que se consigue en el modo automático con los controles deslizantes (los de los soles o las bombillas con signos + y -), pero esta vez con indicaciones precisas sobre el factor de corrección EV empleado, que va de +3 a -3 por lo general, a saltos de 1/3 de EV.
Puede parecer un poco lioso, pero el objetivo es simple: que la escena tenga la luz adecuada y se conserve el detalle tanto en las luces como en las sombras. Si queremos dar un toque artístico a la imagen podemos jugar con la sobreexposición como en los casos donde queramos jugar con el espacio positivo de un cielo totalmente blanco, por ejemplo, o con la subexposición para casos como los de los contraluces. Lo importante es tener el control. Y recuerda que incluso en el modo automático cuentas con un control adicional usando la compensación de la exposición.
Aún hay más
Hay algún “extra” adicional, como el uso del formato RAW dentro de los modos “Pro” de algunos terminales, o el ajuste del tipo de medición de luz que hace la cámara. En el primer caso, los programas “reveladores” de RAW permiten ajustar la exposición mediante un control específico, y en el segundo podemos indicar a la cámara que la medición de luz sea haga de formas diferentes según nuestras necesidades: puntual, ponderada al centro o matricial, por ejemplo. En cada caso, lo que cambiamos es la forma que tiene la cámara de calcular la exposición. No está disponible en todos los terminales, eso sí.
Lo importante es coger la soltura suficiente como para elegir el ajuste más apropiado para cada ocasión dependiendo del tipo de móvil que tengamos, claro está.

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