Nervios en el embarazo
Nerviosismo en el embarazo: por qué se produce
El nerviosismo durante el embarazo se va a producir normalmente cuando hay una alteración en la percepción de todo lo que recibe la madre.
Los cambios hormonales y las continuas tensiones a las que normalmente se expone el embarazo someterán sin duda a la futura madre a cambios muy repentinos y en gran medida involuntarios.
No obstante, se debe tener en cuenta también que el nerviosismo en el embarazo puede tomar distintas formas y manifestaciones, aunque el bebé puede percibirlos igualmente, este podría verse afectado de una forma mucho más negativa.
Además, ese estrés y esos nervios en el embarazo lo único que hacen es traer consecuencias negativas.
Hasta la fecha muchos de nosotros ya sabíamos que cuando una mujer embarazada bebe alcohol o, por ejemplo, fuma, podría afectar enormemente al bebé y de forma completamente negativa a su salud en general.
Sin embargo, lo que todavía muchos no saben es que según las últimas investigaciones llevadas a cabo la forma en que el bebé se desarrolla en la matriz va a depender y mucho no solamente de lo que su madre consuma sino también de su estado emocional en el embarazo.
Consecuencias negativas para el bebé por los nervios de la madre
Así es, y es que el concepto de estrés ha evolucionado y mucho en estas últimas décadas. Es cierto que aunque esté a un nivel moderado es algo natural y adaptativo, sin embargo, cuando el estrés se mantiene en el tiempo con cierto grado de intensidad puede causar daño real tanto a la salud física como mental de este.
No obstante, también se debe tener en cuenta que existen algunas situaciones de la vida que podrían favorecer su aparición. De hecho, y especialmente en el caso del embarazo, las pruebas médicas a las que tiene que someterse la futura mamá con la consecuente espera de los resultados podrían ser una fuente enorme de preocupación.
Además, gracias a todas estas investigaciones médicas de las que hablamos podemos afirmar también que los nervios y las emociones negativas durante el embarazo que afectan tanto a la madre y al bebé aumentan incluso la posibilidad de sufrir un parto prematuro.
Ello se debe, por ejemplo, a que durante una crisis o episodio prolongado de nervios el organismo libera mayor cantidad de cortisol (sustancia responsable de activar el estrés en el organismo) y será ese exceso de sustancia durante el embarazo lo que se relacione con complicaciones en el parto y el bajo peso del bebé al nacer.
Asimismo, la posibilidad de tener un aborto espontáneo también se ha relacionado con la manera en que afectan los nervios al embarazo. Se ha demostrado, de hecho, que cuando la mujer está en las primeras semanas de embarazo y atraviesa un momento difícil en su vida como la muerte de algún familiar también podría aumentar las probabilidades de que sufra un aborto.
También pueden producirse algunas posibles alteraciones de las funciones placentarias. Recordemos que hacer frente al embarazo en una condición de estrés constante compromete en primer lugar la funcionalidad normal de la placenta.
Además, la disfunción placentaria podría también causar daño al sistema neurológico del bebé. Y, además, podría también producirse una reducción de las defensas inmunitarias.
El nerviosismo en el embarazo reduce las defensas inmunes de la madre al aumentar el riesgo de contraer infecciones y, además, el sistema del pequeño se podría ver comprometido exponiéndose mucho más en los primeros años de vida en cuanto a infecciones y enfermedades se refiere.
¿Cómo evitar estar tan nerviosas en el embarazo?
Sí, no cabe duda de que cuando estamos embarazadas es completamente normal que las mujeres nos pongamos un pelín ansiosas. Nos sentimos en algunos momentos del embarazo algo intranquilas y aunque seamos de las personas menos nerviosas que haya en el mundo es prácticamente inevitable que no pase en algún momento del embarazo. Ya solo los hechos que implican la maternidad, la gran carga afectiva que cada una lleva dentro y la preocupación también por el desarrollo del bebé lo fomentarán. Algunas de las claves más adecuadas para evitar estar tan nerviosas en el embarazo son:
- No hacer nada en concreto. Cuando una mujer embarazada se siente algo ansiosa o nerviosa lo mejor es tomarse un tiempo para ella misma. Por ejemplo, se puede optar por poner algunas velitas, algo de música o simplemente relajarse practicando algo de yoga o algunas técnicas de respiración en casa.
- Pasear. Recuerda que dar largos paseos o unas buenas caminatas también es ejercicio que es muy bueno durante la gestación y que te hará muy bien tanto a tu cuerpo como a tu mente porque a esta última además le ayuda a distraerse.
- Rodearte de lo bueno, de los afectos, de tu familia y de gente buena y maravillosa. Recuerda que pueden presentarse durante estos meses algunas dudas y miedos. Habla con tu entorno de ello y aprende a encontrar momentos especiales para disfrutar también con tu pareja y hablar de lo que sientes.
Pero eso sí, no te olvides nunca de lo importante que es cuidarse tanto física como mental y emocionalmente en el embarazo ni de seguir los consejos que mencionábamos más arriba para vela por tu bienestar y cuidado, pero también por el de tu futuro bebé.
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