El cofre del tesoro

Dice un refrán inglés que ‘the best things come in small packages’ o lo que es lo mismo, las mejores cosas llegan en paquetes pequeños. Los bombones Farhi, disponibles en el Club del Gourmet en tres sugerentes sabores (jengibre, granos de café y perlas de pasas, recubiertos todos ellos de chocolate negro), bien podrían ser la materialización del conocido dicho. La bella y pequeña bombonera de Farhi alberga en su interior los mejores bocados dulces. Michael Farhi, director de la firma, tiene claro que con las bomboneras apuestan por el lujo y la belleza.

“Nuestro embalaje es lujoso, acorde con el producto”. Diseñadas y elaboradas en la región india de Cachemira por una pequeña familia artesana, suponen ese plus de glamour que busca Farhi. El material elegido es el papel maché, y la forma responde a una especie de ollas tradicionales de la zona, cuyos dibujos y pinturas se realizan a mano.
Cada bombonera es única, al mostrar una combinación de diseños tradicionales irrepetibles. Muchos son los clientes que, una vez degustados los bombones, mantienen en sus hogares la bombonera como una pieza decorativa o como bello contenedor de pequeños objetos cotidianos. Sirve como costurero, guardamonedas, guardallaves, minijoyero o todo aquello que se nos pueda ocurrir.
EL BOMBÓN EXCLUSIVO
Desde 2003, Fahri es sinónimo de preciosos obsequios de chocolate premium, gracias a una amplia gama de productos y a unos empaquetados elegantes y diferenciadores. Están especializados en frutas y frutos secos acompañados de chocolate selecto. La materia prima con la que trabajan procede, en cualquier caso, de la agricultura ecológica. El respeto por el medio ambiente es muy importante para ellos. Las bomboneras (papier maché bonbonnièr s, como les gusta llamarlas en Farhi) nacen como homenaje a una antigua tradición europea. Antaño, ante una celebración importante como una boda, un bautizo o un cumpleaños, los antriones obsequiaban a sus invitados con una pequeña cajita hecha de porcelana, cristal o plata que contenía algún dulce. De este modo, Farhi ha recuperado una bonita costumbre y se ha posicionado como una contería donde la exclusividad y el diseño son elementos muy importantes, elevando el bombón a la categoría de joya. En palabras de Michael Farhi, “Exploramos el mundo del chocolate con un cuidadoso equilibrio entre búsqueda y dedicación para así crear bocados icónicos”.


Para elaborar otro de sus productos, el de bombones de jengibre, recurren a esta popular raíz de orígenes orientales, cuyo proveedor está en Tailandia. Allí se cultiva y se cristaliza esta raíz, ligeramente amarga y picante. Su tercera joya: las perlas de pasas proceden de uvas californianas que son minuciosamente secadas al sol durante días, recurriendo al casi perpetuo buen tiempo del occidente del país. La marca tiene, además, un firme compromiso con la calidad de sus ingredientes. Por ello, todas las materias primas utilizadas están libres de organismos que hayan sido modicados utilizando técnicas de ingeniería genética.
“En todo lo que hacemos hay un firme compromiso con la innovación y la excelencia”, cuenta Farhi. “Un compromiso generador de un constante ujo de ideas nacidas de la pasión por nuestro trabajo y creadas para el placer”, concluye

Más de uno guardará en su retina a la popular bloguera y repostera Alma Obregón gracias a su programa de dulces en Canal Cocina. Ha publicado ocho libros en los que reúne infinidad de recetas golosas, y aunque se ha especializado en cupcakes –su web Objetivo: cupcake perfecto recibe más de 700.000 visitas mensuales–, se confiesa amante de toda clase de dulces. Además de armar que “los pequeños bombones Farhi me han parecido de gran calidad. Son deliciosos y la presentación es excelente”.
¿Qué aplicaciones ves para los bombones Farhi?
Pueden aportar mucho a distintos postres. Además de servir como decoración, aportan sabor. Por ejemplo, los de jengibre me parecen muy originales para servir con helados. También los veo acompañando a vinos dulces.
¿Qué opinas del envase?
Es precioso, súper original. Ideal para reutilizar después como elemento decorativo.
¿Podemos comer chocolate?
Tomado con mode ación, a mí me aporta el toque justo de dulzor que necesito tras una comida o me quita el antojo de dulce antes de dormir. ¡Soy fan! Pero abusar no es bueno: se acaba [risas].

