El rock de la galleta
Soy Loquillo y reparto galletas”. El lema se le apareció a Christian Escribà, bromeando con su amigo José María Sanz, más conocido en el mundo del espectáculo como Loquillo. “Se me ocurrió la frase y pensé que era buena, que había que hacer algo con ella”, recuerda. Sus Galletazos ya pueden encontrarse en sus tiendas de Barcelona y también en el Club del Gourmet en El Corte Inglés.
“¿A qué sabe Loquillo?”, se preguntaba este maestro pastelero y tartista cuando decidió llevar a la realidad aquella broma. “El reto era encontrarle el sabor a una persona. Como mucha gente, tiene dos caras. Detrás de ese aspecto duro hay un tipo simpático y muy legal con los amigos y con la familia. Así que para representar esa dualidad hemos hecho dos galletas: una de vainilla, para el Loquillo amable, y otra de chocolate, para expresar su espíritu más rockero”.
Escribà viene de una familia de pasteleros y panaderos que fundó su negocio en los primeros años del siglo XX. Cuatro generaciones después (la quinta es su hijo, también metido ya en harina) tiene clara la motivación de su trabajo: “Buscamos sorprender y regalar a nuestros clientes pequeños momentos de felicidad. A nuestras tiendas no viene nadie buscando alimento. Se trata de algo más”, asegura. Entre los “sorprendidos” con sus creaciones se encuentra otro gran amigo, Ferran Adrià, quien le encargó su tarta de boda.
El músico, encantado. “Loquillo está feliz con las galletas –afirma Escribà–. No pudo probarlas hasta el concierto del Sant Jordi [14 de diciembre de 2018], cuando se las llevé por primera vez. Quedó muy contento. Ahora se las mando a San Sebastián, donde vive con su familia, y están todos encantados. Pero es que, de verdad, han salido muy buenas”, afirma, casi relamiéndose.
Escribá proporciona la clave para el correcto disfrute del Galletazo Loquillo: “No es fácil encontrar un gran dulce, pero cuando lo encuentras y te lo pones en la boca, si cierras los ojos y tienes paciencia para saborearlo sin prisas, quiero que flipes, que suene música en tu cabeza”. No es disparatado pensar que las notas de estas galletas podrían ser las de Feo, fuerte y formal. Además, siempre podremos decir eso de “Yo para ser feliz quiero un Galletazo”.
