Extremadura con los cinco sentidos

Extrem Puro Extremadura es un sueño, pero un sueño hecho realidad desde hace una década y tiene al cerdo ibérico como protagonista, al que llevan criando como ganaderos desde hace 40 años. Se trata de la realidad de una marca garantía de calidad y continuidad que desde sus 18.000 hectáreas de dehesa extremeña, cuajadas de encinas y convertidas en el jardín de las delicias de sus cerdos, sigue fidelizando a los paladares más exigentes. Y ahora, además, con un sentido extra, que apuesta por el arte, más allá de lo gastronómico. Extrem Puro está estrechamente unida a Extremadura, a su gastronomía y su artesanía.
Máximo representante de la alta cocina extremeña, el estilo inconfundible del chef Toño Pérez acaba retratado sobre estas singulares vajillas en las que habitan ingredientes fundamentales de su cocina. Es el caso del higo o de la miel, dos emblemas de producto de Extremadura, además de la lavanda, representante de esa cocina silvestre y natural que Pérez irradia.
Sin embargo, no están solos. En esta conjunción de elementos hay margen para el mar, otro de los territorios gastronómicos en el que el chef se mueve con soltura y que Mercedes Bellido ha plasmado en dos embajadores como la almeja y el percebe. Dos emblemas marinos que encajan a la perfección con la sutil potencia del cerdo ibérico.

De ese vínculo nació la idea de proponer a grandes referentes extremeños como el chef del restaurante Atrio, Toño Pérez, la pintora Mercedes Bellido y la familia Ortiz (de Cerámicas Anoru), colaborar en la creación de platos únicos. “Nuestros ibéricos le deben su esencia a Extremadura y por ello queríamos hacerle un homenaje en forma de colección de cerámica, de edición limitada”, señala Daniela Posada, directora de Marketing de Extrem Ibéricos.
“En cuanto propusimos la idea a Toño y Mercedes, se sumaron al proyecto”, señala. Sensibilidad, conocimiento y belleza por partida triple que Pérez piensa, Bellido convierte en historias gastronómicas sus ilustraciones empapadas de naturalismo y la familia Ortiz traduce, como hace desde cuatro décadas, a la cerámica. Un lujo de tres estrellas Michelin y una pasión extremeña que ya pueden vestir las mesas de casa con un toque exclusivo. Desde ahora mismo, pero también de cara a una incipiente e ibérica Navidad en la que Extrem Puro Extremadura pone en bandeja —nunca mejor dicho— el menaje más cotizado de la temporada.

