La cecina de los bueyes felices

A más de mil metros de altura, criados en libertad durante cinco años en plena sierra de León, crecen y se alimentan los bueyes de raza autóctona Parda de Montaña. La castración temprana de estos animales, sumada a un pastoreo al aire libre, resuelven la ecuación perfecta para una carne excelente. Y de esta materia prima nace una cecina única en España.
Para conseguirla, es necesaria una curación de 14 meses en secaderos naturales ubicados en Astorga. Pasado ese tiempo, el producto está listo para servir. El resultado es la cecina Gran Reserva Valles del Esla, elaborada solo a partir de carne de bueyes auténticos. Aquí radica una de las diferencias de este manjar con el resto de cecinas, ya que la mayoría son de vaca.
Su curación más prolongada, además, acentúa sus sabores ahumados, y le proporciona un gusto fino y suave en la boca. “Es una cecina jugosa, con un color rojo cereza oscuro, uniforme e intenso”, afirma el director comercial de Valles del Esla, Pablo Maqueda. “Como sucede con los grandes vinos, la paciencia ayuda a resaltar su calidad”, concluye.

UNA CARNE SIN IGUAL
Desde hace dos décadas, la marca comercializa cecina de buey, aunque con un tiempo de curación que, superando los siete meses, no llegaba a los 12 que si cumple en este caso para que la IGP pueda catalogarla como cecina de buey Gran Reserva. Pese a que no existe un censo oficial, esta empresa cárnica es la responsable del 25% de la producción europea de bueyes, con una cabaña de 2.300 cabezas en León.
EL PERFECT SERVE
Lo mejor para disfrutar al máximo de todos los matices de esta cecina Gran Reserva tan exclusiva es servirla a temperatura ambiente, cortada en lonchas muy finas (tipo carpaccio) justo antes de consumirla –para evitar que se seque– y humedecerla con unas gotas de aceite de oliva virgen extra. También puede incluirse en ensaladas y en platos algo más elaborados, como empanadas o patatas salteadas.
Los vinos tintos, fuertes y con cuerpo, son cómplices perfectos para esta chacina que luce el sello de calidad del Consejo Regulador IGP Cecina de León con orgullo, haciendo de embajadora del terruño.

